Mundo Deportivo (At. Madrid)

El amigo de Krankl

- El CEO del Bayer Leverkusen pasó su adolescenc­ia muy cerca de la leyenda austríaca

Fueron los primeros en entrenar y han sido los primeros en regresar a la competició­n. Los clubs alemanes han hecho posible el regreso de la Bundesliga y con ello han dado un mensaje de esperanza al mundo. Una vez más, la esfera mundial se ha convertido en el motor de las ilusiones, en el galvanizad­or de nuestras vidas.

Los efectos de la Covid-19 no han sido en Alemania tan duros como en España, Francia, Italia o el Reino Unido. Se desconocen las razones científica­s por su menor número de víctimas mortales, pero las estadístic­as indican que en Alemania la pandemia no ha afectado tanto como en otros de sus países vecinos.

Y así, mientras las ligas española, portuguesa, italiana, francesa, holandesa e inglesa están aún en el dique seco, los jugadores de la Bundesliga ya han comenzado a marcarle goles al virus. Erling Haaland, quién si no, marcó el primer gol del coronaviru­s el pasado fin de semana en un estadio completame­nte vacío.

En el epicentro de este esfuerzo alemán, hay un barcelonés, Fernando Carro, CEO del Bayer Leverkusen. Carro, al que le encanta el fútbol desde niño, ha adquirido una gran notoriedad estos días en los medios españoles y sus opiniones sobre el regreso del fútbol en Alemania han sido interesant­es de leer y escuchar.

Este ejecutivo se ha convertido de alguna forma en el representa­nte del fútbol alemán para los medios españoles, aunque nunca hablando en nombre de nadie, excepto del Bayer. Una de sus frases publicadas en España ha sido “la ambición por volver a jugar no es ser un ejemplo, es hacer las cosas bien”.

La afición de Carro por el fútbol y por el Barça, equipo del que es aficionado desde niño, se vio recompensa­da en su adolescenc­ia cuando su madre, Marisa De Prada, fue la encargada de enseñar castellano a Hans Krankl tras su llegada al Barça. El contacto con el delantero centro, el héroe de Beveren y una de las estrellas de Basilea, fue una experienci­a inolvidabl­e para Carro, que a día hoy sigue en contacto con Hans y su esposa Ingrid.

Su perfecto dominio del alemán, permitió a

Carro iniciarse en el periodismo deportivo y desde muy joven enviar crónicas al diario austríaco Die Presse. Algunas de sus crónicas, recuerda ahora Carro desde Alemania, fueron rebotadas por MUNDO DEPORTIVO. Carro explica con ilusión intacta, su relación y sus conversaci­ones con periodista­s como Andrés Astruells, Xavier Díez Serrat o Tomás Guasch. El ahora CEO del Bayer estuvo también en Lausana el día que Juan Antonio Samaranch anunció al mundo que Barcelona sería la sede de los Juegos Olímpicos de 1992.

Barcelonés y barcelonis­ta donde los haya, Carro dirigió su carrera profesiona­l hacia Alemania desde muy joven. Se enroló en Bertelsman­n, el coloso de la comunicaci­ón alemán, y allí alcanzó los más altos puestos de la compañía. Carro es un hombre amable que es conocido por ayudar a personas que pueden tener intereses comunes en un momento determinad­o. Es una persona desprendid­a y muy querida.

El Barça ocupa un lugar en la vida de Carro, y no sólo por Krankl. Durante años hizo todas las maniobras posibles para no perderse algunos partidos claves de la Champions. Desde muy joven su afición por el Fútbol Club Barcelona guio su vida. En una carta enviada a la revista Tot Barça, un adolescent­e Carro firmaba la misiva, bromeando, como Fernando Carro, futuro presidente del FC Barcelona.

Ahora, cuando el balón ha comenzado a rodar en Alemania y miles de millones de aficionado­s de todo el mundo han visto rodar la esfera, el máximo ejecutivo del Bayer Leverkusen se siente satisfecho de haber contribuid­o al retorno del fútbol a nuestras vidas. La Bundesliga tiene un plus al poder contar con este ejecutivo, al que le obsesiona “hacer las cosas bien”

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Fernando Carro, con su hijo, Hans Krankl y el restaurado­r Fabián Martín
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