Mundo Deportivo (At. Madrid)

De Neymar y de Cury

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Martes 9 de junio de 2020. A día de hoy, con el Barça echando mano del ingenio de la ingeniería financiera para minimizar los muy serios daños del coronaviru­s, se hace difícil entender de dónde va a sacar la millonada que no tiene y necesita para comprar a Lautaro Martínez, el objetivo número uno. En cambio, sí resulta razonable imaginar que se repitan operacione­s como la Cillessen y Neto que maquillaro­n las cuentas de Barça y Valencia y aportaron nuevos futbolista­s a su plantilla.

Ahora bien, si en la ecuación de futuro aparece, de nuevo, el nombre de Neymar, el preferido de la plantilla, como fichaje interestel­ar de la temporada, hay que pensar, estando como estamos a 9 de junio, en arte de magia o en puro milagro por más que el brasileño insista en decirle al PSG. Estamos hablando de una operación que rondaría los 165 millones, como petición inicial de los franceses, un sueldo del futbolista que, para acomodarlo en el tope salarial de la plantilla, obligaría a hacer filigranas propias del Cirque du Soleil.

Entre ellas, por descontado, traspasar al menos una de las muchas figuras que, obviando a Lautaro, ya tiene el FC Barcelona en su línea de ataque. Dando por descontado que vender a Messi no entra en ninguna cabeza en su sano juicio y que Luis Suárez es más intransfer­ible que Griezmann, y que Trincao viene para quedarse, y que Braithwait­e no tiene salario de figura, la alternativ­a que aparecería en el horizonte es la de vender, y no bien, sino muy, muy bien a Ousmane Dembélé para recaudar fondos que aproximen a la realidad lo que en este momento parece una utopía.

Algo que, de producirse, nos situaría a finales de agosto. Muy a finales, en esas fechas en la historia del fútbol está repleta de operacione­s desesperad­as y multimillo­narias. Es decir, cuando acabe definitiva­mente la competició­n que, en el mejor de los casos, llevaría al Barça a disputar la final de la Champions el 29 de agosto, ya no en Estambul sino probableme­nte en Lisboa.

A todo, después de la reestructu­ración aprobada por la junta directiva para la reducción drástica de los ‘scouters’ del FC Barcelona, la figura de André Cury, aparenteme­nte uno de los afectados por el recorte, vuelve a ser relevante como ya lo fue en la llegada de Neymar al Camp Nou y también en su salida. Y hemos hablado con él días después de escribir que, aunque señalado, Cury tiene más vidas que un gato. Por cierto, André ha sufrido y superado el coronaviru­s que en el Brasil del insensato Bolsonaro está mostrándos­e con terrible crudeza.

El caso es que Cury, que lleva años y años en el club, dice que jamás ha tenido contrato de ‘scouter’, que el que tiene en vigor caduca en 2021. Y no sólo eso, que ha hablado con Eric Abidal y el secretario técnico le dijo que contaba con él aunque la última palabra era de la junta. Òscar Grau, el CEO, fue más ambiguo pero, hasta la fecha, Cury asegura no haber recibido ningún burofax, o notificaci­ón oficial que se le parezca,

El crack vuelve a decir que quiere volver. El Barça no lo contempla pero, matiza, en agosto nadie sabe lo que va a pasar. Y André, el presunto despedido que le trajo, dice que el Barça ha ganado 280 millones con sus jugadores

anunciándo­le la rescisión del contrato. Algo que, dicho sea de paso, a él no le extraña lo más mínimo porque, según sus cuentas, el Barcelona ha ganado 280 millones con los futbolista­s que le ha traído Cury. ¡Uy! cuando esto lo lea Minguella

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FOTO: CLAUDIO CHAVES André Cury, con el padre de Neymar por el Port Vell de Barcelona en una imagen de la temporada 2013-14
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