Mundo Deportivo (At. Madrid)

El bostezo contra el grito

- Javier Gascón Barcelona Los que jugaban no le ayudaron a despertars­e Se habría salvado alguien de los pitos en un Camp Nou lleno?

En un fútbol sin público en el que se oye todo, Osasuna puso el ruido ante un Barça silencioso y sin ganas

En aquel antiguo fútbol del preconfina­miento, el grito en el campo tenía menos valor. Por mucho que se desgañitar­a un entrenador desde la banda dando órdenes, un suplente animando, un portero protestand­o o un defensa colocando a sus compañeros, puede que el sonido no llegara a su destino por el ruido ambiental de un estadio lleno. Pero ahora, sin público, quedarse afónico sí tiene sentido. No gana el que más grita, pero hay días en los que queda muy claro a través de los alaridos quién se lo está tomando en serio y quién está pensando en otra cosa. Y en el Camp Nou sólo chilló Osasuna, que no se jugaba nada. Los de dentro del campo y los de fuera, apoyándose, reforzándo­se, aplaudiénd­ose... El Barça, que si se jugaba algo, nada más y nada menos que la Liga, por pocas opciones que tuviera, compitió en un significat­ivo y alarmante silencio.

El elocuente bostezo de Arthur durante la primera parte, captado por las cámaras, lo dijo todo. Realmente

es lo que despertaba el Barça. Sería injusto cargar contra el brasileño, empujado por el club a firmar ya con la Juventus, consecuenc­ia también de un rendimient­o desesperan­te. Pero los suplentes de Osasuna no estaban bostezando, sino animando a sus compañeros, invitándol­es a hacer una carrera más. El bostezo sólo fue un reflejo individual de una soporífera actitud colectiva.

Si hubo algún aplauso de los compañeros y técnicos a Braithwait­e y a Semedo cuando fueron sustituido­s en el 58’, fue impercepti­ble. Otra comparació­n en la que el Barça salió muy mal parado, pues cada jugador sustituido de Osasuna era ovacionado por los suyos.

El golazo de Messi de falta en el 62’ que significó el 1-1 sí despertó en el Barça un punto de orgullo oculto. También ayudó que acababan de entrar en el campo Luis Suárez y Vidal, a quien en intensidad física y verbal no les gana nadie, más allá de lo acertado que puedan estar en sus acciones.

Un par de decisiones arbitrales del murciano Sánchez Martínez acabaron de motivar al Barça a base de protestas y parecía que cercar a Osasuna en su área en los últimos minutos iba a tener recompensa.

Nada. Fue un espejismo. Osasuna, con diez, acabó logrando el 1-2 con una contra en el descuento y lo celebró en el césped al acabar el partido como si hubiese sido un título. El Madrid ganó al Villarreal y derrotar al equipo navarro no habría cambiado nada en un Barça que nunca tuvo fe en el milagro y, lo que es peor, tampoco tuvo ganas de buscarlos

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Los de Osasuna animaron y chillaron a sus compañeros, que en el césped se hablaban y apoyaban: en el Barça, la nada
FOTO: PERE PUNTÍ Los suplentes del Barça, en la grada y Arthur, bostezando Los de Osasuna animaron y chillaron a sus compañeros, que en el césped se hablaban y apoyaban: en el Barça, la nada
 ??  ?? Arthur casi se duerme en la primera parte
Arthur casi se duerme en la primera parte

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