Mundo Deportivo (At. Madrid)

El fichaje fue la historia de un gran fracaso de todas las partes involucrad­as en él

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go terminó de envenenar el ambiente en muy poco tiempo.

Un amistoso junto a Xabi Alonso

El verano de 2004 fue el de la venta de Xabi Alonso al Liverpool. Arteta, sin embargo, llegó a jugar un amistoso junto a su compañero en el Antiguoko, precisamen­te en Goodison Park, frente al Everton. Con la salida del tolosarra, puede que la presión sobre Arteta se elevara al crecer las expectativ­as de tener en él una suerte de sustituto, y el donostiarr­a no estuvo a esa altura. José Mari Amorrortu, que era el entrenador de la Real, además, enseguida le retiró la confianza.

Arteta jugó las tres primeras jornadas como titular, condición que perdió en la cuarta y no volvió a recuperar. El equipo arrancó mal y el donostiarr­a, como admitiría en su rueda de prensa de despedida, sintió que se le culpabiliz­aba por ello. “Se me ha utilizado para desviar la atención cuando el equipo empezó mal pero después no he vuelto a jugar y el equipo sigue mal”, dijo en su adiós.

Arteta siempre jugó minutos sueltos a partir de la cuarta jornada, relegado por Amorrortu a un segundo plano que encontró en otros pivotes como Mikel Alonso o Mikel Aranburu las soluciones que buscaba. 15 partidos de Liga, tres como titular, y 481 minutos jugados son el triste legado del paso de Arteta por la Real. La historia de un enorme globo pinchado por lo ilusionant­e que fue su fichaje.

El 31 de enero de 2005, sólo seis meses después de su llegada, la Real asumió el fracaso del fichaje y cedió al Everton a un Arteta que, en su despedida, apunta a Amorrortu como responsabl­e de su ‘no éxito’ en la Real. “Aquí no tengo nada que aportar al equipo porque no cuento con la confianza del míster. No tenía demasiado sentido seguir aquí, no se estaban cumpliendo los objetivos que nos habíamos marcado ni el club ni yo. Vine con la ilusión de triunfar en el club de mi tierra, pero poco a poco se ha ido desvanecie­ndo porque hay un técnico que no cuenta conmigo. Y no quiero ser ningún problema para el club”, resumió.

En julio de 2005, tras volver de su cesión, cuando estaba a punto de embarcarse en el vuelo que llevaba a la Real rumbo a Corea, ya en Loiu, en Anoeta se llegó a un acuerdo con el Everton para traspasarl­o definitiva­mente a cambio de 3 millones. Quince años después, su camino puede volver a cruzarse con el de la Real. En la Europa League

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