Los directivos, también recluidos
N Al igual que jugadores y staff técnico, siguieron el protocolo UEFA y no salieron
Al igual que los jugadores, staff técnico y resto de empleados del Barça, ni el presidente Bartomeu ni sus directivos pudieron abandonar ayer el hotel Sheraton, lugar de concentración en Lisboa. Así lo establece el estricto protocolo fijado por la UEFA a causa de la pandemia del COVID-19.
En consecuencia, ni el presidente azulgrana ni el resto de los representantes de su directiva desplazados hasta Portugal -el vicepresidente Jordi Moix, los directivos Joan Bladé, Javier Bordas y David Bellver, ni el CEO, Òscar Grau- pudieron celebrar la tradicional comida de antes de un encuentro con sus homólogos del Bayern de Múnich.
Abidal, también en Lisboa
Junto a los directivos y el CEO, hasta Lisboa también se desplazó el secretario técnico, Eric Abidal, y su segundo, Ramon Planes. Como el resto, tampoco pudieron salir del hotel cumpliendo con las medidas establecidas por la UEFA con los ocho equipos que participan en la final a ocho de Lisboa.
Mientras tanto, y hasta que no llegaba la hora del partido, al margen de cumplir con el plan del desayuno, comida, merienda y charla técnica antes de salir hacia el campo, los jugadores del Barça mataron el tiempo como pudieron. Sergi
Roberto, por ejemplo, gran aficionado a los juegos, se trajo hasta Lisboa su PlayStation. En el caso de Griezmann, otro ‘loco’ del Fortnite, además de traerse su consola también se le vio con un enorme altavoz
HEl presidente y los directivos del Barça, al igual que los jugadores y el staff técnico, no salieron del hotel de concentración hasta la hora del partido ante el Bayern de Múnich en Da Luz