Mundo Deportivo (At. Madrid)

Vuelve el ídolo culé, el ‘king of kings’

- Ángel Pérez Barcelona tras asistir a Belletti en la final de la Champions

n Se ganó el corazón de la afición y tocó el cielo con dos asistencia­s en la final de París

Pocos futbolista­s en la historia del FC Barcelona se han ganado el corazón de los aficionado­s en tan poco tiempo como Henrik Larsson (Helsinborg, Suecia, 20 de septiembre de 1971). Llegó el verano de 2004, con un Barça en busca de gol. El mítico delantero sueco era toda una institució­n en Celtic Park y a sus 32 años ni se pensó el dejar escapar el tren del FC Barcelona. Un Larsson cuya camiseta con su nombre y número se comenzó a vender como churros en la Botiga el mismo día de su presentaci­ón, solo superado por Ronaldinho en aquella época en cuanto a cifras de ventas

El sueco llegó a ‘Can Barça’ con 32 años y en dos cursos dejó una huella imborrable

el primer día. En las dos temporadas que vistió de azulgrana disputó un total de 59 partidos en los que marcó 19 goles y dio 6 asistencia­s. De esos seis pases de gol dos quedarán marcados en la retina de los aficionado­s del Barça. Fueron en la final de la Champions de París. El sueco no fue titular aquel día pero entró en el 61 de partido sustituyen­do a Van Bommel. Quedaba media hora y el Barça veía como se escapaba la posibilida­d de ser campeón de Europa por segunda vez en su historia pero la entrada del sueco revolucion­ó el partido. Primero asistió a Eto’o en el 76’ para poner la igualada en el marcador. Más tarde, a nueve del final, aquel control orientado hacia fuera adelantánd­ose a la marca de Eboué y aquel pase horizontal al hueco al que Cole no llegó por poco. El esférico llegó a Belletti, que superó por bajo al meta Almunia. El resto es historia.

Jugó con el ligamento roto

A los pocos meses de aterrizar en Barcelona, Larsson fue titular en el Clásico del Camp Nou ante el Real Madrid, un duelo que se llevaron los azulgrana por 3-0 pero que el sueco no olvidará jamás porque se lesionó en la primera parte y las pruebas practicada­s días después confirmaro­n que había jugado 40 minutos con el ligamento cruzado roto. Se perdió seis meses justo cuando acababa de llegar al Barça por todo lo alto, pero con 33 años recién cumplidos se levantó, luchó, se recuperó y acabó alcanzando la gloria en París.

Ovación cuando calentaba

La presencia de Eto’o como ‘9’ y referente relegaba a menudo a Larsson al banquillo. De hecho con el tiempo su figura se ha erigido como paradigma de delantero veterano importante y resolutivo cuando el equipo le necesita en las segundas partes. El Barça se ha pasado años buscando ‘un Larsson’, e incluso a día de hoy no lo ha encontrado. Cada vez que Frank Rijkaard le mandaba a calentar el Camp Nou estallaba de júbilo. Era un jugador que ilusionaba, tanto, que los sectores más animados del Estadi se hicieron suya la mítica canción que sonaba en Celtic Park partido tras partido. Aquella que decía ‘Henrik Larsson, Henrik Larsson, Henrik Larsson is the king of kings’ (Henrik Larsson es el rey de reyes).

Ahora, el ‘king’ vuelve al Camp Nou y la pandemia mundial que ha alejado al público de los estadios no le permitirá reencontra­rse, de primeras, con la afición que lo idolatró, pero tiempo habrá de volver a escuchar en el Camp Nou eso del ‘king of kings’

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FOTO: OMEDES Henrik Larsson, con el puño al cielo

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