La rivalidad ciega existe
No hubo compasión y Yamaha retira la petición de abrir motores
En el GP de Austria del pasado fin de semana, Yamaha pidió formalmente en la Asociación de Fabricantes del Mundial el consentimiento para abrir sus motores ante sus manifiestos problemas de fiabilidad que quedaron al descubierto en Jerez, donde Valentino Rossi y Franco Morbidelli rompieron en plena carrera y Viñales en entrenamientos. Tras esta debacle los ingenieros japoneses se vieron obligados a recortar el número de revoluciones de sus motores lo que automáticamente redujo sus prestaciones
Y en Austria finalmente apelaron a sus competidores a autorizarles a solventar sus problemas técnicos sin ser penalizados, dado que por reglamento, una vez comenzado el campeonato los motores no pueden ser modificados. Y en esta última palabra está el quid de la cuestión, ya que Yamaha alega que las roturas son consecuencia de una partida defectuosa de su suministrador de un componente del motor –válvulas- y no de un error de diseño. Así, la apertura de motores que solicitaban sería no para modificar las prestaciones sino para corregir un defecto.
Hay que recordar que cualquier acuerdo dentro de la Asociación de Fabricantes del Mundial – MSMA- exige unanimidad... salvo que se trate de un asunto que envuelva la seguridad. Importante aspecto este porque Yamaha podría haber alegado que la rotura de sus motores en carrera podría resultar peligroso para todos los pilotos en pista por el riesgo de perdida de aceite. De este modo no necesitaría la aprobación de los demás fabricantes.
Pero no ha habido ‘misericordia’ entre los fabricantes. Uno de ellos –también japonés, por señal-, alegó que si con la obligada reducción de las revoluciones los motores de Yamaha dejaron de romperse y permitieron a los pilotos a sus pilotos competir, abrir y cambiar los componentes ‘defectuosos’ daría pie a recuperar las revoluciones sacrificadas y supondría automáticamente un aumento de prestaciones. Es decir, el argumento ‘seguridad’ no ha procedía.
Los reticentes a dar el visto bueno para abrir los motores sellados argumentaron le ‘recordaron’ a Yamaha que si se había encontrado con un problema que les había obligado a reducir la potencia, también los tuvieron en las últimas temporadas otras marcas como Suzuki u Honda. Entonces, estos no acudieron a la MSMA en busca de ayuda sino que capearon la situación trabajando en otras partes de la moto para compensarlo.
Al mismo tiempo, los demás miembros de la Asociación de Fabricantes de MotoGP exigieron a Yamaha un reconocimiento oficial del fabricante de las válvulas defectuosas del error cometido en el proceso de fabricación. La rivalidad ciega no sólo existe en la pista.
Ayer, sólo una semana más tarde, este farragoso asunto se resolvió cuando inesperadamente Yamaha anunció que retiraba su solicitud a la MSMA alegando que no estaban en grado de adjuntar los datos solicitados por esta, al mismo tiempo que explicaba que sus ingenieros en Japón habían entendido como intervenir sobre los motores cerrados para resolver sus problemas de fiabilidad
Para aceptar, MSMA pidió reconocimiento del error por parte del fabricante de válvulas
Ahora Yamaha dice que sus ingenieros podrán intervenir en motores cerrados
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