La lección de Coutinho

irculan unos vídeos por Youtube de la época de Coutinho en el Liverpool en que se salía. Regates, amagos, asistencias, goles de lujo... Siendo un jugador liviano mostraba una gran potencia para la arrancada y para sostener duelos en carrera con el balón controlado contra defensas más grandes que él. Sus primeros seis meses en el Barça fueron muy buenos. Llegaba con la motivación por las nubes y la exigencia de Klopp aún en su físico. Pero a la que Valverde empezó a sacarlo de la posición de interior e incluso a dejarlo en el banquillo, se hundió. Ese fue su pecado, como lo fue del entrenador, de la directiva y del presidente dejar que se marchitase el fichaje más caro de la historia. Ni méritos ni táctica ni narices: si me gasto 120 millones más variables en un jugador, el entrenador le tiene que dar 50 partidos seguidos de titular en su posición. Los fichajes estratégicos lo son porque hay detrás una estrategia. ¿Cuál era la que había con Coutinho? Lo mismo vale para Griezmann. ¿Suplente contra el Atlético en Liga y ante el Bayern en Champions? En su primer año... Igual valdría para Dembélé, quien además de sus lesiones y su mala cabeza nunca tuvo la consideración de crack que se le debió dar tras la inversión que se hizo en él. Cou no valía pero al Barça le metió dos goles en Lisboa. Los que dicen que un jugador contrastado fuera no vale para el Barça deberían mirar un poco para dentro, dejando de lado el ombliguismo. Pero no es fácil. Vivimos en la época en que cualquier indocumentado es capaz de rebatir a un catedrático en Twitter

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