Rafinha no espera y traza su propio plan
El ruido generado por la posible cesión de Riqui Puig y la incertidumbre con Aleñá y Pedri, a quienes Koeman citó tras el partido ante el Elche, ha relegado a un segundo plano la complicada situación de Rafinha. El club le ha puesto en el mercado y es intransigente con los 16 millones de euros de su cláusula de rescisión, pero pasan los días y a las oficinas no han llegado ofertas por esta cantidad. Ante este inmovilismo y viendo que sus posibles destinos van cubriendo vacantes, el centrocampista ha tomado la decisión de quedarse y cumplir su contrato o como mal menor, marcharse en el mercado invernal.
Rafinha quiere evitar problemas con la entidad. Es barcelonista desde pequeño y no quiere entablar ninguna polémica que enturbie su relación con la directiva. Pero lleva tres cesiones consecutivas (Inter de Milán 2017-2018 y Celta 2013-2014 y 2019-2020) y estarse sin jugar, le perjudicaría notablemente. Fuentes del club ya explicaron a MD que Koeman no le dará minutos si está en la casilla de salida y eso que es un jugador que le gusta y al que haría hueco en la plantilla. Las circunstancias mandan y los dos lo saben.
Rafinha lo tiene claro. Quiere minutos y, por lo tanto, está por la labor de salir porque su objetivo personal es disputar un mínimo de 30 partidos por temporada. Necesita sentirse importante en un proyecto y le ilusiona pensar en la posibilidad de volver a jugar con la selección absoluta de Brasil. Quedarse es un problema pero puede ser a la larga, la única vía. Rafinha no entiende el por qué compañeros suyos están saliendo por cantidades muy bajas, aunque sean mayores como Rakitic, y en cambio el Barça se enroca con su marcha exigiendo una cantidad que no entra en los parámetros de un mercado muy castigado por la pandemia del coronavirus.
El Barça necesita quitarse de encima masa salarial, fichas muy altas, y ha señalado a Arturo Vidal, Luis Suárez, Semedo, Rakitic, Arthur y Rafinha. De momento va en camino. No ingresa pero aligera la nómina, lo que ya es mucho. El centrocampista tiene, pues, un problema añadido, que los equipos que le pretenden tampoco pueden hacer frente a su ficha.
De la Premier League y de la Serie A han llegado un buen puñado de propuestas pero no pueden cubrir el coste de la operación. Lo sabe el Barça y lo sabe también el jugador, que se encuentra en un callejón sin salida. Llegado a este punto, el jugador se plantea quedarse para acabar el contrato y salir a coste cero. Es la única opción de poder marcharse.
El Celta cree que está bien posicionado. El club gallego aguarda con paciencia el mejor momento para abordar su regreso a Balaídos y confía en apurar el mercado para convencer al Barça.
Si en el Camp Nou no acaban traspasándole, el Celta abordará su fichaje. La relación entre el club vigués y Rafinha es buena pero el problema es económico. Que el club rebaje sus pretensiones económicas y que el jugador sacrifique una parte de su ficha. Incluso así, el traspaso es muy, muy complicado
El club se enroca en los 16 millones y el jugador se plantea quedarse
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