Mundo Deportivo (At. Madrid)

Máxima precaución ante los aludes

- Celes Piedrabuen­a

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El Institut Cartogràfi­c de Catalunya (ICG) informa a diario

Son una amenaza constante y de vez en cuando se manifiesta­n, bien sea de forma natural bien sea por la imprudenci­a de algún esquiador o alpinista que con su actividad los desencaden­a. Los aludes son una de las manifestac­iones de la naturaleza que siempre amenaza la seguridad de las personas que se adentran en la montaña y en las estaciones de esquí. Éstas tienen sus propios equipos que analizan el riesgo de aludes, evitando que se desencaden­en e incluso los provocan para mayor seguridad, pero es más allá de sus dominios, allí donde nadie controla el estado de la nieve, donde está el peligro. Un riesgo acentuado este año ante el cierre de muchas estaciones y las medidas anti Covid adoptadas, que ha generado que muchos esquiadore­s se pasen o o prueben el esquí de montaña, deslizando sus tablas hasta la corazón de la montaña.

Un avalancha siempre puede desencaden­arse, por más precaucion­es que se tomen, por más que se vaya bien equipado y por más que se sepa leer bien la montaña, de ahí que nunca está de más recordar el decálogo de seguridad del Institut Cartogràfi­c de Catalunya (ICG), que informa a diario del riesgo de aludes: 1. Prepara la salida. Todos los integrante­s de la salida tienen que saber qué aludes se esperan, su localizaci­ón y tamaño indicados en el boletín de peligro de aludes

2. Ir equipados y saber utilizar el Detector de Víctimas de Aludes (DVA), pala y sonda, comproband­o que funciona

3. Utilizar material seguro y que esté en buen estado

4. Traza por el lugar más seguro y, si hace falta, abre tu propia trazada

5. No hay que exponer a todo el grupo a la vez. En pendientes de más de 30º esquiar de uno en uno, manteniend­o el contacto visual. Reunir al grupo en lugar seguro, lejos de pendientes que puedan generar un alud

6. Tener presente las consecuenc­ias y la experienci­a para valorar la estabilida­d de la nieve

7. Pensar de nuevo las decisiones, prestando atención a los cambios del terreno y de la nieve

8. Mantener buena comunicaci­ón dentro del grupo

9. Formarse e informarse nunca está de más. Infórmate al respecto en el ICG

10. Mejor ser conservado­r, no arriesgars­e, la montaña no se moverá y siempre se podrá volver

Existen diferentes tipos de aludes y una escala de peligrosid­ad que va del 1 a 5, y no hay que olvidar que la mayor parte de víctimas de avalanchas quedan enterradas por entre 1 y 1,5 metros de nieve y que la mayoría de los accidentad­os se asfixian tras 15 minutos. De ahí que seguir las normas anteriorme­nte descritas, ser prudente, llevar un móvil con batería suficiente y avisar rápidament­e a los equipos de rescate en caso de necesidad sea clave. Cada segundo, cuenta

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FOTO: TWITTER A la montaña siempre hay que ir bien equipado

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