Mundo Deportivo (At. Madrid)

Su única derrota en playoff fue en 2018, en prórroga y ante un Brady que le admira

- David Llorens Barcelona

Nadie discute que, si Tom Brady es el rey, Patrick Mahomes es su delfín, el príncipe que heredará su imperio. Ni siquiera el propio Brady lo duda. Por eso la Super Bowl del domingo es una final pero también un duelo de dinastías, la que está a punto de terminar con Tom (43 años) y la que ya ha iniciado y está consolidan­do Pat (25).

Números en mano, Mahomes es mejor que Brady a su edad por títulos, por finales y por estadístic­as. Y además gana muchísimo más dinero tras rubricar con los Kansas City Chiefs una extensión de contrato de diez años por valor de 503 millones de dólares, récord en el deporte profesiona­l estadounid­ense. Ya tiene un anillo como campeón vigente, está a un paso del segundo, y ha sido MVP de la NFL y MVP de la Super Bowl. La única duda a la hora de compararlo­s es si será capaz de dilatar su carrera tanto como lo ha hecho Tom, siempre al máximo nivel. Porque una cosa es ser excepciona­lmente bueno y otra muy distinta es ser el Jordi Hurtado del deporte mundial.

La calidad de Mahomes no tiene parangón. Y, como Brady en su día, ha aterrizado en un entorno perfecto para desarrolla­r su inmenso talento. Está bajo la tutela de un técnico, Andy Reid, que es un segundo padre y que tiene un playbook profundo, atrevido e imaginativ­o, ideal para encauzar las múltiples habilidade­s de su pupilo. Dirige un equipo eléctrico, que apuesta más por la rapidez y el dinamismo que por los centímetro­s y los kilos y que es descaradam­ente ofensivo; los Chiefs juegan a meter más puntos que nadie y nunca especulan con el marcador y el crono si pueden evitarlo. Y tiene a su disposició­n a varias flechas de primer orden, como el guepardo Tyreek Hill o el demoledor Travis Kelce, capaces de ajustarse a la potencia y precisión de su portentoso brazo y a la imprevisib­ilidad de sus jugadas imposibles.

Hijo de un ‘pitcher’ profesiona­l, era un talento precoz en la misma posición que su padre, al que acompañaba a menudo, y compaginó béisbol y fútbol americano hasta su segundo año en la Universida­d de Texas Tech, cuando cambió el diamante por el balón oval. La atención que le prestaba la NFL era discreta hasta que se presentó a las pruebas previas al draft y se midió la velocidad del balón cuando lanzaba

(95 km/h), dejando con las orejas tiesas y haciendo cola frente a su puerta a los ‘scouters’.

Reid y los Chiefs, que ya le tenían bajo el radar con anteriorid­ad, fueron los más listos y se quedaron (10º pick’ de 1ª ronda) con un quarterbac­k capaz de lanzar 60 yardas de rodillas, de hacerlo con la mano izquierda, de cuchara, de prolongar las jugadas hasta el momento exacto con sus fintas y piernas y de construir remontadas imposibles en partidos a vida o muerte; Pat tiene el repertorio que tenían los lanzadores antes que él y muchas otros trucos que jamás se habían visto. ‘Big Red’ Reid, sin embargo, lo tuvo un año

n El jugador mejor pagado del deporte USA y quarterbac­k de los Kansas City Chiefs supera a Tom Brady a su edad y está construyen­do su propia leyenda, devorando por el camino todos los récords de la NFL

Mahomes y Brady se enfrentan el domingo en la Super Bowl en un duelo de dinastías. Fue Tom, con los Patriots, el único que le ha ganado en un partido de playoff, hace ya tres años entero en la nevera, aprendiend­o, atemperand­o su fogosidad, empapándol­o de su filosofía. En cuanto consideró que estaba listo para reinar, le abrió la jaula y lo ha devorado todo a su paso.

Hay muchos números de Mahomes que erizan el vello, pero quizá el dato más impactante y que refleja mejor su poderío y trascenden­cia es su balance en playoff. Desde que debutó como titular en 2018 ha disputado siete partidos de postempora­da, con seis victorias y una sola derrota. Pero qué derrota. De aquellas que dejan una factura que el domingo se puede cobrar.

En la final de la Conferenci­a Americana de 2018, en su primer año al mando de los Chiefs y con sólo 23 años, cayó en su casa de Arrowhead ante los New England Patriots de Tom Brady en un duelo titánico que se resolvió en la prórroga por 31-37. El GOAT se quedó tan impresiona­do por su actuación que, al concluir el partido, se fue al vestuario de los Chiefs para felicitarl­e, consolarle y decirle que, jugando así, ganaría Super Bowls para regalar. Al año siguiente se ceñía su primer anillo y sólo Brady y sus Buccaneers le separan del segundo. Por cierto, van 2-2 en su cara a cara particular, así que hay muchas cuentas que saldar en el partido más grande de América

H

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain