El informe pierde el hilo
La segunda emisión de ‘Informe+’ resultó bastante desconcertante y aburrida
Informe+, la nueva versión de Informe Robinson sin Michael Robinson ,ha estrenado su segundo capítulo. ‘Veteranos. Ganarle al tiempo’ aborda la longevidad de los deportistas de élite y nos introduce la idea de un próximo cambio en el deporte donde las carreras profesionales se prolonguen más allá de cumplir los cuarenta años. Nos lo explican a través de tres casos muy distintos: Laia Palau, jugadora de basket del Uni Girona; Nino, futbolista del Elche; y Chuso García Bragado, atleta de los 50Km marcha.
Pero el resultado resultó desconcertante. Es como si las tres historias estuvieran desconectadas. Y el argumento de la longevidad deportiva se diluye y nos convierten en espectadores de tres trayectorias deportivas que se alejan de la idea central del reportaje para derivar en otros asuntos. Tanto nos hablan de las gestas de la selección española femenina de baloncesto, como nos cuentan la biografía de Nino y sus vicisitudes desde sus inicios en el fútbol, como nos explican lo que supuso Barcelona en los cambios del movimiento olímpico o la complejidad de la técnica de la marcha atlética. El reportaje funciona por inercia y el relato, tal y como está planteado, es plano y aburrido. Es más, hasta la voz en off parece desganada narrando la historia.
Es un programa de mínimos y no el legado periodístico de Informe Robinson. Siguen habiendo imágenes bonitas y preocupación por la realización, pero el relato audiovisual se queda en la superficie y lo más obvio. Es más, el reportaje parece rellenado porque la idea no les daba más de sí. En otros tiempos Informe Robinson se hubiese esmerado en conectar las tres biografías a partir de detalles del relato, quizá hubiesen contado con especialistas que explicaran la longevidad a partir de aspectos científicos, psicológicos o filosóficos, o profundizado en métodos de prolongación de la vida deportiva. Y, sobre todo, hubiesen jugado simbólicamente con el paso del tiempo a nivel visual. El reportaje hubiese tenido varias capas de lectura y una mirada más unitaria.
Los procesos de transición no son fáciles e Informe+ debe encontrar la voz propia, pero hacerlo desde la personalidad y la autoría, no desde la rutina y las convenciones. La posibilidad de arrancar una nueva etapa de este espacio de reportajes tenía que servir para inyectar la energía perdida. Para perder el hilo, era mejor no continuarlo
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