Messi, el gran líder
n Fabricó tres de los cinco goles y ejerció de capitán tanto en el juego como a la hora de estimular al equipo
LAS CLAVES Muy participativo 1 Se asoció con todos (recibió 123 pases), creó 9 ocasiones y generó el primer, el segundo y el cuarto gol
Actitud impecable 2 Ordenó, dirigió, corrigió, hizo piña y celebró con mucha efusividad los tantos
En Granada se vio a un Leo Messi en su máxima expresión, no solo en lo futbolístico sino también como líder del equipo. Jugó e hizo jugar a los demás, fabricó tres de los cinco tantos del Barça, además de dirigir, ordenar y celebrar cada tanto con una efusividad que hacía tiempo que no se le veía. Una implicación tan absoluta y visible con sus compañeros y con el técnico que no parece que le haya afectado el ruido externo por la filtración de su contrato.
En el historial del épico partido ante los andaluces no apareció como goleador o pasador pero estuvo en todo momento aguantando y fomentando el juego del equipo. Fabricó los dos primeros goles de Griezmann y Alba, que acabaron forzando la prórroga, y en otro su disparo lo rechazó el portero Aarón para que De Jong fusilara el cuarto. Fue uno de los que más pases dio (89) , pero sobre todo el que más recibió de sus compañeros (123), que no dejaron de buscarle. Estuvo participativo y con chispa, asociándose con todos, a excepción de Lenglet, un central. Griezmann (15), con el que más. Pero también con Pedri (11), Riqui Puig (11) y Sergi Roberto (10). Su actividad puede resumirse en sus 9 ocasiones y 8 remates, 7 de ellos a portería. Un porcentaje de acierto del 88%. Uno dio incluso en el poste izquierdo de la portería del equipo andaluz tras una incursión el área trazando una diagonal
Su actitud fue además impecable, ejerciendo no sólo de líder, asumiendo los galones en la decisiones técnicas, sino también de capitán.
Tras el primer gol encajado, le dijo a Umtiti que debía soltar antes del balón sin regates en zona de peligro, pero lo más llamativo fue el entusiasmo con el que celebró el empate que llevaba el partido a la prórroga. Se le vio, incluso, más contento que en tantos marcados por él mismo. Participó de la piña de los jugadores con los goles, se abrazó con Dembélé pero, sobre todo, con Griezmann, con el que se va entendiendo cada vez más.
Estuvo muy encima de todos, preocupado porque no perdieran su posición. Y tomó la palabra tanto al inicio como en la prórroga, tratando de animar a los jugadores sobre la importancia y recordando la trascendencia de la clasificación. El Messi más completo de la temporada, y eso que no marcó
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