El Alavés levanta el vuelo y hunde al Pucela
N Un tanto de Joselu permite al Pitu Abelardo sumar su primera victoria tras cuatro partidos en el banquillo vasco
A la cuarta fue la vencida para el Abelardo en el Alavés. El equipo babazorro se llevó tres puntos de oro para escapar del descenso y hunde todavía más al Valladolid, incapaz de poner fin a su mal momento en un duelo en el que siempre fue a remolque y donde transmitió sensaciones muy preocupantes. Un tanto de Joselu premió la mayor ambición del equipo de Abelardo, superior en un partido a cara de perro.
El choque puso de manifiesto las miserias de Alavés y Valladolid, que demostraron punto por punto por qué son candidatos al descenso. A la espera de que su ideario cristalice, el efecto Abelardo se resume en más orden, más concentración y más intensidad, argumentos suficientes para ajusticiar a un Pucela en los huesos. Enfrente se encontró a un Valladolid raquítico, zarandeado por la mala racha de juego y de resultados que ha dejado a Sergio a los pies de los caballos.
Con ambos equipos atenazados por el miedo a perder, el duelo se enredó desde el amanecer con faltas e interrupciones constantes, con los 22 futbolistas obsesionados con ganar las disputas y las segundas jugadas y menospreciando el balón como si fuese un bulto sospechoso.
Ante la imposibilidad de que el espectáculo ofrecido en la primera parte fuera a peor, el duelo se animó algo en la reanudación. El punto era poco botín para el Alavés, que se quitó los grilletes para ir a por el partido. El conjunto de Abelardo fue más valiente y voluntarioso en su empeño y acumuló algunos acercamientos que no fructificaron. El técnico babazorro detectó que su equipo iba a más y metió en el campo a Aguirregabiria y al debutante Córdoba justo antes de que Sergio apostara por una triple sustitución dando con Villa, Kodro y Alcaraz.
Los cambios reafirmaron la tendencia y en el 66’ Lucas Pérez encontró a Aguirregbiria por la banda para que este asistiera a Joselu. El gol remató al Valladolid, a merced de su rival, incapaz de generar ocasiones de gol y sostenido por un Masip que evitó que la herida fuese mayor con varias paradas de mucho mérito.
La derrota enciende todas las alarmas en el Valladolid, pone a Sergio en la picota y da aire al proyecto de Abelardo, triunfador por fin en su cuarto partido en el banquillo babazorro
H