Los rojiblancos encajaron por quinto partido consecutivo pero reaccionaron

El Atlético de Madrid comparecía en Los Cármenes para examinar su capacidad de superación ante tanta adversidad. Y la primera noticia llegó en la previa del choque en Los Cármenes. Si el Atlético tenía pocas bajas, una más, la de Vitolo, aquejado de una gastroenteritis aguda. Un contratiempo más para el canario. El enésimo para los de Simeone que si acaban ganando LaLiga lo habrán hecho contra todos y contra todo.

Y por más que el Cholo no quiera ponerle excusas a la situación, que es muy loable, lo cierto es que las seis bajas por Coronavirus que ha sufrido en las últimas semanas le ha llevado al límite. Sin capacidad para solucionar los problemas futbolísticos que iban surgiendo, desgastando más de lo necesario a futbolistas clave. Es indemostrable, claro, pero con sólo echar un vistazo al banquillo en los dos últimos partidos, era suficiente para entender que este Atlético está peleando en los últimos partidos con un brazo atado a la espalda. En los dos últimos partidos, el Cholo sólo hizo un cambio en cada uno de ellos.

Qué partido más perro se encontró el equipo colchonero en Granada. El cuadro nazarí, con un montón de bajas, es un rival realmente serio que puso al Atlético al borde del precipicio. Porque aunque un punto no habría sido mal botín en otras circunstancias, en su actual posición de líder, con el Real Madrid y el Barça sobrevolando, dos empates seguidos habrían supuesto un bajón de imprevisibles consecuencias para este equipo colchonero que está haciendo una temporada increíble. Brutal el esfuerzo de los colchoneros.

En la primera mitad, el Atlético tuvo ocasiones para haberse puesto por delante. Sobre todo en un remate a bocajarro de Luis Suárez que sacó Rui Silva con una gran intervención. La segunda parte arrancó también con noticia, con

la sustitución de un Kondogbia que por otro lado había sido de lo mejor del Atlético en la primera mitad. Entró Vrsaljko para dejar a Koke de pivote y colocar a Carrasco en la izquierda, darle más llegada a Llorente. Y funcionó cuando el Atlético peor lo pasaba. Había marrado Suárez la mejor del partido, un disparo al larguero y el Granada asediaba. Cosas del fútbol, cuando mejor estaba el equipo andaluz y más lejos parecía para el Atlético la portería rival, aparecía Llorente al borde del área para sacar fruto a una jugada ya patentada, recorte hacia dentro y disparo con la izquierda para colocarla en la base del palo. Un gol que daba sentido al cambio de Kondogbia en el descanso. Perder para ganar.

Pero el equipo colchonero está al límite de sus fuerzas y es algo que se ve en su rendimiento defensivo. Un saque de esquina con varios despejes mal ejecutados, sin contundencia, que acababa con un remate en caída de Herrera para poner las tablas pocos minutos después. Otro mazazo. Pintaba mal para los de Simeone, pero parece que el hambre de este equipo por hacer algo grande puede más que todos los obstáculos que le colocan en el camino. De tal forma que Correa disparaba, tocaba en Vallejo y entraba

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