Gündogan empuja al City hacia la Premier League
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Un tanto de Foden al Tottenham en abril de 2019 selló virtualmente la Premier para el City. Dos años más tarde, Gündogan se sirvió del mismo rival para poner de manifiesto que no hay otro candidato al trono tan firme como el cuadro de Manchester. Pese a que en febrero no se decide ninguna liga, no se ve a nadie con capacidad para ponerle freno a la racha de un City que descuenta las hojas del calendario para proclamarse campeón (3-0).
No deja de reafirmarse semana a semana, cada vez más acostumbrado al traje de favorito. El Liverpool toca fondo a medida que se le despeja el camino al City, que infunde el mismo miedo que cuando Guardiola consiguió su primera y su segunda liga. Ese equipo se parece al de ahora porque la idea no ha sufrido el paso del tiempo: gane o pierda no cambia y tiene la identidad como su mejor tesoro.
A falta de una referencia como Messi, el equipo interpreta un juego coral en el que cualquiera tiene encaje. Frente al Tottenham, el City llevó el peso del choque y se solidarizó para robar. Como si tuviera ansia, como si no supiera vivir sin la pelota. Mourinho aguardó a su futbolista diferencial. A un Kane que de un genial libre directo estuvo cerca de encontrar el 0-1: su remate, sin embargo, se fue a la cruceta.
Esas cosas tiene el Tottenham, capaz de alzar el puño sin dar sensación de peligro. Esta vez se salvó el City, recompensado poco después por un penalti de Hojbjerg a Gündogan. Fue Rodri el que se encargó de ejecutar, ahora que parece que nadie quiere asumir la responsabilidad. Sin ser un buen golpeo sirvió al City para descorchar un partido que refrendó una vez más que Guardiola y Mourinho entienden el juego y la vida de manera opuesta.
No se le acabó la cuerda al City, inquieto por recuperar el dominio en un segundo tiempo en el que no bajó la guardia. Kane se hartó de correr en Manchester, sacrificado por un plan que atenta contra su talento. Sterling y Foden se aliaron en una jugada de toques cortos hasta citar en el área a Gündogan. Se ha reinventado el ex del Dortmund y flirtea como nadie con el gol, disfrazado de ariete para asestarle la puntilla al Tottenham.
El alemán necesita un episodio a parte. No se sabe cómo ha realizado esa transición de creador a definidor, como si hubiera hecho clases particulares con Agüero. Ederson asistió al espacio para aprovechar la zancada de Gündogan, que con un quiebro sentó a Davinson Sánchez y batió a Lloris. Otra obra de arte para un futbolista que contagia entusiasmo, el mismo que desprende un City que no tiene demasiada competencia en la Premier. Todo depende de ellos
Los citizen dejan de reafirmarse, cada vez más acostumbrados al traje de favoritos
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