La personalidad no se compra
Lo que realmente conmueve en el deporte es sentir cómo el deportista saca los rasgos de su personalidad y carácter en los momentos cumbre. Ocurrió este fin de semana en Madrid. La huella de un salto largo y limpio de la atleta María Vicente en la final de longitud fue borrada por error antes de la medición en los Campeonatos de España. La hospitalense saltó para oro pero la precipitación en el uso del rastrillo la relegó al bronce cuando competía por el doblete tras ganar el pentatlón. Se sobrepuso a la rabia diciéndose que disponía de más saltos pero hizo bronce con la misma determinación. Nadal dibuja en el rostro el mismo carácter ganador cuando gana que cuando pierde. En buenas condiciones es difícil sacarle de la pista, el espectáculo de verle competir es fascinante. No se trata de hacer comparaciones odiosas de deportes antagónicos. En los deportes de equipo todos se reparten roles. El Barça no anda equilibrado en eso.
KOEMAN NO ES UN HOMBRE DE POSES . Si no esperó a los jugadores en la entrada del túnel de vestuarios fue porque estaba realmente disgustado. Repitió el mismo ‘once’ del PSG para resarcir a los jugadores del 1-4, pero sintió que le fallaron. Koeman no está dispuesto a regalar la titularidad a nadie, eso supondría acomodar aún más a los titulares muchos de los cuales no están bien doblados. Ahora el entrenador tiene que hacer equilibrios entre obtener los objetivos mínimos, que pasa por ser al menos cuarto para obtener el dinero por participar en la próxima Champions, además de intentar cazar un título, la Copa si hay remontada ante el Sevilla o abrazarse por fin a la Liga. Para ello no le temblará la mano para dar partidos a Riqui, así como a jóvenes que suben muy bien como Konrad, Illaix, Nico González o Collado. Este Barça tiene un problema físico y de personalidad. Los veteranos ya mostraron su carácter ganador en la época dorada del club pero los que llegaron bajo el rimbombante nombre de ‘estratégicos’ como Griezmann, Cou y Dembélé (2 goles, Trincao 3) no están aportando el genio que se esperaba
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