Mundo Deportivo (At. Madrid)

Buena dirección en un partido intenso

- Cuántos candidatos pensarán ahora que Koeman es el técnico ideal del Barça? Piqué fue ayer el símbolo del equipo azulgrana El central logró marcar el gol que llevó al equipo a la prórroga

acabó el partido como esos grandes colosos que nunca se rinde. Ni cojo. Fue el héroe de la remontada y enseñó el camino para que en París traguen saliva. Para que sepa el PSG que el Barça presentará batalla. Que no se fien.

En un momento crítico como institució­n, con el mundo del fútbol mirando impactado a un club excelso muy desmejorad­o, el orgullo del central elevó la autoestima del barcelonis­mo. Piqué desató la locura en el minuto 92, cuando todos maldecían el infortunio culé. probableme­nte, el canterano era quien más creía en superar estas semifinale­s. El escudo. Ya cuando acabó el partido del Pizjuán hace cinco días, en Liga, ya advirtió que superan a los de Lopetegui supondría una inyección anímica para toda la temporada.

Si alguien veía huérfano de líderes al Barça, de presidente en plenas elecciones, Piqué demostró que ha cogido el revelo de Puyol. Con dolor, con mucho dolor. Como aquel que le tumbó ante el Atlético, pero que superó regresando antes de tiempo, quizá un mes, para capitanear la defensa. El mismo dolor que le dejó tocado tras el partido del Pizjuán. Las mismas molestias que sintió durante la segunda parte de la prórroga al hacer un mal gesto con el balón. Salió a la banda, cojeando, pero regresó, también cojeando para quedarse en el campo. para sumar, aunque sólo fuera con la pierna izquierda, evitando chutar con la derecha. El espíritu indomable del defensa, que no se agota nunca. Su segundo gol en 15 partidos. El otro fue en la Champions, ante el Dinamo de Kiev.

El manual de la buena remontada subraya que lo ideal es marcar un tanto en los primeros minutos. Como un veloz ejercicio de auto

Sánchez Martínez sancionó con 13 faltas al Barça por 18 al Sevilla. En la primera parte prefirió anteponer el diálogo y las advertenci­as a las amonestaci­ones incluyendo la benevolenc­ia en algunas protestas. También fue permisivo dejando de pitar posibles faltas a no ser que fueran muy claras. Corrió mucho y se le vio muy implicado en el desarrollo del partido, aplicando bien la ventaja y teniendo el mismo criterio para ambos al sancionar las faltas. Acertó en el 70’ al señalar penalti de Mingueza a Ocampos (y no enseñarle amarilla) y también en el 101 al no señalar la mano de Lenglet, por involuntar­ia y por venir el balón rebotado de él mismo. Las diez tarjetas mostradas fueron bien administra­das, aunque tal vez debió amonestar en el 41’ a Dest por una dura entrada a Oliver. El VAR de De Burgos Bengoechea ratificó la impresión del árbitro en las jugadas de área. Al ser partidos eliminator­ios, la dificultad crece pero Sánchez Martínez dirigió con autoridad, criterio y acierto

convencimi­ento y, de paso, para resquebraj­ar la moral de rival. Y el Barça se aplicó. Koeman calcó el sistema que tan buen resultado le dio en el Pizjuán y sus jugadores calcaron su actuación. A los 11 minutos, como en LaLiga, el Mosquito’ picó primero.

El milagro, sin embargo, rompió todos los tópicos porque llegó en el descuento, cuando la agonía parecía condenar al Barça. Pero Piqué tiene una clarividen­cia ofensiva excepciona­l y su perseveran­cia encontraro­n su recompensa poco después. Resuelto el desprecint­o del marcador, Piqué se convirtió en el maestro de todo

HH

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain