Villalibre afina su trompeta
Asier Villalibre viajará con su trompeta a La Cartuja el 17 de abril para celebrar otro título de Copa del Athletic si el Barça emergente de Koeman no lo impide. El delantero de Gernika es el animador de los festejos del Athletic como pudo comprobar el Barça en la final perdida de la Supercopa en el mismo escenario sevillano. La entrada del Búfalo, como se le conoce en Lezama por su imponente físico, en el minuto 83 de aquel partido fue clave: marcó en el minuto 88, metió a los rojiblancos en la prórroga (que decantó Williams) y provocó la expulsión de Messi que jugó tocado todo el partido. El Barça no se quejó por la celebración en el césped, asumiendo que no estuvo bien. El equipo de Koeman, muy mejorado, tendrá la oportunidad de desquitarse de aquella derrota con el título 31 del torneo del KO. El Athletic se clasificó en la prórroga ante un Levante valiente con un gol afortunado de Berenguer que Vukcevic desvió a su portería (1-2). Un final cruel para los ‘granotas’ que aguantaron con firmeza a los ‘leones’. El Athletic jugará dos finales de Copa en 14 días, el 3 de abril la de 2020 ante la Real y ante un Barça con hambre que irá a por su primer título en dos años.
KOEMAN HA MARCADO EL HORIZONTE para un Barça nuevo. El técnico ha conseguido hacer partícipes de su responsabilidad a todos los jugadores. Desde Messi a Braithwaite pasando por Riqui Puig y los menos utilizados. El mérito es doble. Por una parte, el holandés ha reivindicado el talento de La Masia, obstaculizado por técnicos conservadores y fichajes de poca monta, y por otro, está en camino de conseguir exclamar el deseado ¡Eureka! a poco que le siga funcionando la simbiosis entre los jugadores veteranos y jóvenes. Una mezcla cuya gestión está reclamando la atención en los foros internacionales. Lasa piñas humanas de los jugadores son el ejemplo más claro de la cohesión intergeneracional. Solo han pasado 14 días del 1-4 ante el PSG. Nadie hizo caso entonces a las palabras de un técnico que no se había sentido nunca tan decepcionado, pero advirtió. “Hoy estamos jodidos, pero nos levantaremos”
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