Vidas cruzadas
El último Informe+ en #Vamos construye una bonita historia de solidaridad
La primavera del 2020, en plena pandemia, más de doscientos temporeros de la fruta que fueron a Lleida a trabajar quedaron desatendidos por las administraciones, durmiendo en la calle, sin ropa ni comida, en unas circunstancias indignas. El jugador de la Sampdoria formado en La Masia del Barça, Keita Baldé, provocó un punto de inflexión, no solo mejorando la situación de estos trabajadores sino poniendo el foco de atención mediático y político a esta problemática. Baldé costeó el alojamiento, la ropa y la comida de estas personas.
Ahora, el programa Informe+ ,en #Vamos ,ha contado en ‘Hermanos’ los detalles de esta historia intentando conocer mejor a sus dos protagonistas. Por un lado, el futbolista, que mostró una solidaridad y un compromiso poco habitual en su gremio. Y por otro Serigne Mamadou, un temporero senegalés que hizo que su situación llegara a oídos del futbolista. El reportaje construye muy bien los dos hilos argumentales, alternándolos y buscando los paralelismos entre dos vidas tan distintas. Está bien planteado porque se indaga en los aspectos de la biografía de Keita Baldé que lo han convertido en un hombre sensible a este tipo de circunstancias, se sienta interpelado y con el deber de ayudar.
Del mismo modo, se profundiza en las condiciones de vida de los temporeros y en las carencias sociales que acentúan su situación de precariedad. Pero de forma más sutil también se investigan los puntos de conexión: la cultura del esfuerzo, el sentido del deber y la necesidad de labrarse un futuro mejor. Es un relato de vidas cruzadas.
A nivel de realización, de imagen y banda sonora el reportaje sabe jugar con la historia. Envuelve el relato de Baldé de una estética que tiene emana cierta estética de videoclip y aires de Rosalía, se divierte con la metáfora de la escalera de caracol como símbolo de la ascensión social. Y a nivel de guion se intenta reflexionar sobre el valor del dinero y los matices del significado de la riqueza. La historia conecta con el espíritu de superación y el compromiso social, pero no cae en el melodrama ni en el relato lacrimógeno. Al contrario, sabe incorporar el sentido del humor, el vigor narrativo y la reflexión periodística con naturalidad. Sin duda, este sí es el pulso que debe tener (y mantener) Informe+
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