Menos guerra de la esperada

odos esperábamos un poco más de guerra entre los tres grandes favoritos (Alaphilippe, Van Aert y Van der Poel )enla MilánSanremo, sobre todo viendo las últimas carreras, en las que marcaban muchas diferencias con sus rivales, pero no siempre es así. Al final, se juntan todos en la carrera más importante de la primavera y te das cuenta que no sólo son ellos tres. La clave de la prueba fue la subida de la Cipressa, que prácticamente la hizo solo un corredor del Jumbo-Visma. El ritmo no era tan elevado. No hubo ningún ataque más. Ineos quería seguir lanzando la carrera, pero faltaba la ayuda de más equipos. Hubo un poco de vigilancia entre los grandes favoritos, y el que mejor respondió de ellos fue Van Aert. A Van der Poel le pudo la falta de experiencia y entró mal colocado en momentos claves, y Alaphilippe pagó ese ritmo de carrera que no era lo duro que él esperaba. imos a un Caleb Ewan pletórico, que corrió muy de cerca, vigilando a Van Aert, quien llevó casi todo el peso de la prueba desde el Poggio hasta meta. Los ataques de otros ciclistas no tan favoritos eran de esperar y siempre es difícil de controlar la parte final de meta, esa parte llana, y Stuyven, al margen de listo, fue el más fuerte. Al final, después de 300 kilómetros, hay que tener de todo un poco. El sprint fue un poco loco. Se ve que Ewan estaba más fresco, pero el más fuerte para mí fue Van Aert. n final en el que nos quedamos con ganas de esos ataques, pero el ciclismo muchas veces desde fuera se ve de una manera y desde dentro, cuando vas justo, es muy complicado atacar

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