Fe sin confianzas

ómo ha cambiado el cuento de un tiempo a esta parte. Esto es como la bolsa y ahora el Barça viene subiendo a toda pastilla. Pero es en este momento cuando más hay que tener los pies en el suelo. No creernos todo lo bueno que nos digan ahora, que eres un fenómeno, igual que no había que atender a cuando no hace tanto te decían que este equipo no valía para nada. Oídos sordos en ambos casos, porque el menosprecio te hunde y el elogio debilita. Mucha unión y concentración máxima en el seno de la plantilla.

Le recomiendo al Barça que piense siempre que el contrario de turno, sea quien sea, es el mejor del mundo, porque el desprecio en el fútbol de hoy es el primer paso para pegársela. Al menos, se han acabado ya los comentarios permanentemente derrotistas que han acompañado al equipo demasiados meses. Koeman ha hecho un gran trabajo en circunstancias especialmente difíciles, remando contra viento y marea. Sobre todo, hay que alabarle la paciencia que ha tenido para seguir adelante con sus ideas, dando bola a los jóvenes y generando un sentimiento de grupo en el vestuario. Eso no es tan fácil.

Ahora el equipo ha encontrado una inercia de juego muy positiva y alegre, lo que se ha traducido en muy buenos resultados. Lástima lo que ocurrió en el partido del Camp Nou ante el PSG, porque si es por lo que vimos en París con un poco de suerte igual ahora el Barça estaría vivo en la Champions. Pero bueno, miremos hacia adelante. Quedan Liga y una final de Copa. Un doblete, nada menos. A por él

H