Celebración completa

no hay que olvidar que tres meses atrás se había perdido una final ante el mismo contrincante. Es una Copa y no hay que negar que en el Barça los éxitos y los fracasos se miden en Ligas y sobre todo en Champions: ganar un doblete más una Liga, por ejemplo, no eximió a Ernesto Valverde de una cruel persecución por parte del entorno. Tampoco Koeman está exento de críticos, pero haber ganado la Copa es un primer paso para ganarse el consenso para desarrollar su proyecto como entrenador del club de su corazón. Es sólo eso, un primer paso. Pero es un primer paso que puede dar paso al siguiente. Si se corta el proceso no lo habrá.

La próxima fiesta puede darse este año o no, pero en cualquier caso es ahora cuando Koeman y el equipo deben refrendar que van por el buen camino. Por delante, ocho finales más para intentar el asalto a LaLiga o, por lo menos, para ganarse una bola extra de cara a la próxima temporada

Hon su incontestable triunfo en la Copa, el Barça recibió un enorme chute de moral para afrontar el tramo final de la Liga con las máximas garantías de competirla hasta el final. El equipo tenía ganas de fiesta y la celebró a lo grande con la complicidad de un Laporta desatado y con Piqué liderando la comisión de festejos. Había motivos para ello. Y ya se sabe que abrir unas cuantas botellas de cava fomenta la unión, aunque sea a costa de perpetrar a capela los últimos hits del reggaeton o del trapp, que hoy a cualquier cosa le llaman música. Pero todo está bien empleado si esa jarana propicia la cohesión.

La celebración se completó con el empate del Madrid ante el Getafe, que vuelve a dejar al Barça dependiendo de sí mismo para ganar esta Liga. Los blancos, plagados de bajas, no van sobrados y lo normal es que sufran para sacar sus compromisos y más cuando afronten el cruce de Champions ante el Chelsea. Mientras, el Atlético solventó sin problemas su partido ante el colista pero debe visitar el Camp Nou. Y que nadie olvide al Sevilla, que tiene que jugar aún contra el Madrid.

El repaso al Athletic también dejó una reflexión sobre la figura de Koeman .Ha ido probando sistemas, dibujos tácticos y variantes. Pero su primer título llegó con el esquema de los tres centrales y dos puntas que parece producirles sarpullidos a quienes piensan que sin extremos no hay paraíso. Como si los laterales largos no pudiesen sorprender llegando y no estando. Lo importante es cómo se juega, cómo se ataca, cómo se defiende y se presiona, y no cómo se ponen unos imanes en una pizarra

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