LAS CLAVES
Los aficionados 1 Fueron el punto de partida para que los clubs ingleses abandonaran y a estos le siguieran el resto
fuera y de los que no habían querido formar parte. Ejemplares para muchos Bayern de Munich y Paris Saint Germain, que declinaron la invitación, aunque estos segundos por un serio conflicto de intereses al organizar Qatar el Mundial de fútbol del 2022, de la mano de la FIFA, que también se posicionó en contra de la idea de revolución.
Lo que se ha sucedido ha sido un cúmulo de despropósitos. Los primeros en bajarse del barco fueron el ‘big six’, presionados no solo por su afición y la Federación Inglesa (FA), sino por los propios jugadores y técnicos. Jordan Henderson, del Liverpool, encabezó la revuelta de los futbolistas antes de que se conociera la noticia, pero personajes como Guardiola y Klopp ya a estos le siguió una Juventus que horas antes, mediante Agnelli, había asegurado que la Superliga era “un pacto de sangre”. Eso sí, esta matizó que sigue convencida de su solidez de cara a un futuro, donde “ha de haber un cambio en el fútbol.
A estos, y tras mostrar el descontento su afición, se sumó el Atlético de Madrid, dejando en la estacada a Barça y Real Madrid, que todavía no han tirado la toalla, aunque si antes debían buscar a nueve clubs para completar, ahora serán otros trece, y parece imposible encontrar a tantos grandes o, ya no grandes, sino equipos que se atrevan a ir en contra de la UEFA, que ha demostrado un poder demasiado grande, o la Superliga haber sido demasiado frágil
Firmes 2 Barça y Real Madrid consideran que hay un mal en el fútbol y no dan su brazo a torcer
n Barça y Real Madrid, dos de los grandes precursores, no han dado todavía su brazo a torcer y quieren cambios importantes en la UEFA
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