Encantado de la vida
El canario David Silva está convencido de que ha encontrado en Donostia el lugar idílico en un entorno que le llena plenamente
La Real se refuerza con una incorporación estelar para la recta final de la Liga. David Silva (Arguineguín, 1986) ha dejado atrás la rotura muscular que se produjo hace un mes y será, directamente, la referencia de todo un candidato a Europa como el equipo de Imanol. La media hora que participó en Huesca fue el anticipo del fútbol que puede ofrecer, ya como titular, desde el viernes, en Anoeta contra el Elche.
El crack se pone a disposición del entrenador de mil amores. Apuntala el núcleo duro de la plantilla con el mismo entusiasmo que profesa a su actual afincamiento. David Silva se encuentra encantado de la vida. Jugando en la Real y viviendo en Donostia.
Su contrato dura hasta junio de 2022 y existe una opción de prorrogarlo por una temporada más
Fuentes cercanas al futbolista aseguran que ha dado con el lugar idílico en este momento de su dilatada carrera profesional.
El entorno ha cautivado a Silva en su primera temporada en la Real. A sus 35 años, el grancanario lleva un estilo de vida discreto y sencillo en la capital guipuzcoana; a su estilo. Afín a alejarse de las entrevistas, el fabuloso mediapunta de la Real comparte su profesión con dos costumbres esenciales. Se desvive por la familia; vive en Donostia con su esposa y su hijo y son felices paseando por la ciudad en el tiempo libre. La Concha se ha convertido en la perla del isleño y su círculo íntimo. Otra pasión de Silva es la gastronomía. Euskadi cumple con creces con este requisito particular para que Silva viva como en casa.
El ex del Manchester City es feliz. Con contrato en vigor hasta el término de la próxima temporada (2022), existe una opción factible para que sea prorrogado un año más (hasta 2023). Si el bienestar de Silva sigue su curso, la Real tiene una ocasión de oro para que el laureado futbolista continúe en Anoeta. La decisión se tomará a su debido tiempo.
La experiencia es un grado
Desde el punto de vista físico, la temporada ha puesto en dificultades a Silva. Contrajo el Covid-19 el mismo día en que fue presentado como nuevo jugador de la Real y ha permanecido fuera de combate durante dos tramos largos del curso. El grancanario vuelve a su plenitud en un punto crucial de la Liga, cuando no hay marcha atrás.
La comunicación de Silva con Imanol ha sido constante durante su ausencia. A favor del campeón del mundo recae la experiencia que le avala. Conoce su cuerpo al detalle. Sabe cómo actuar en cada momento estando lesionado y sus procesos de recuperación notan este aspecto en sentido positivo.
La figura del mediapunta
A Silva le agrada el rol que desempeña en la Real, al margen de ser uno de los miembros más decisivos del plantel. Lidera a un grupo joven y le gusta. Es uno de los que en el vestuario destaca por su instinto paternal. Fundamental aportación en una Real adolescente.
Silva apunta a ser titular contra el Elche, por primera vez desde la final de Copa. Imanol Alguacil apela al magisterio del canario, con mayor urgencia ante la ausencia de Mikel Merino. No se había visto el técnico en la tesitura de tener que prescindir del navarro con Silva al ciento por ciento. A nadie se le escapa que la responsabilidad de crear fútbol en la zona ancha aumenta para el de Arguineguín.
La Real recupera una figura más auténtica del mediapunta con Silva, después de que se haya tenido que reinventar en los últimos tiempos. Tal es la influencia del canario, que Alguacil ha cambiado de esquema sin él y sin Merino. Un delantero como Carlos Fernández y Oyarzabal, atacante que responde a otro patrón, han desfilado por un puesto que cuenta otra vez con su amo y señor
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