El Atleti roza la heroicidad en el caos
➔ Tras un inicio arrollador del Liverpool, los de Simeone le dieron la vuelta al partido y fueron mejores que los ‘Reds’ hasta un absurdo penalti
➔ Jurgen Klopp, entrenador del Liverpool, dijo en la previa del choque que “si no se es valiente ante el Atlético te acaba mordiendo”. Pero lo que no supo ver es que si el Atlético es valiente, también tiene talento para amargarte la vida. Y quizás sea eso lo mejor de este equipo rojiblanco de Simeone, que es un equipo que no se encorseta en el sacro santo paradigma del estilo. Su estilo es ganar. Y en esa búsqueda ha ido mutando en estos años, con algunas señas de identidad comunes, pero con una riqueza táctica y futbolística que pocos tienen.
Apasionante partido de fútbol el que se vivió en el Metropolitano, con un Atlético que supo evolucionar, reinventarse y quitarse de encima un miedo que pudo costarle una goleada. Y todo ello para no sólo plantarle cara a todo un Liverpool, sino incluso para ser mejor hasta que el colegiado intervino. Qué cosas, Klopp, siempre tan presto para plañir cuando pierde ante un rival al que considera inferior, se acabó llevando el triunfo que no se ganó sobre el campo. Esta vez no habrá críticas.
En la eliminatoria de hace dos años, la fórmula de protegerse y salir le sirvió al equipo rojiblanco para eliminar a la que por entonces pasaba por ser la máquina perfecta del fútbol europeo. Este martes, la fórmula aguantó siete minutos. Al cuarto de hora, el Liverpool llevaba un 80% de posesión y salía como alma que lleva el diablo cada vez que robaba.
Siete minutos fueron los que Salah tardó en recuperar un balonazo que no iba a ningún lado y provcar el primer gol con un disparo marca de la casa que desvió Milner. El rodillo inglés seguía inmisericorde, con el Atlético amedrentado y agazapado en su portería. Poco después llegaba el segundo con una volea de Keita aprovechándose de un mal despeje de Felipe. En el fondo fue lo mejor que le pudo pasar al equipo de Simeone. Si tienes un equipo plagado de talento, mejor usarlo. Si el Atlético no cambiaba estaba abocado a ser una mera víctima. Lo entendió y dio un paso adelante, empezaron a tener más el balón y comenzaron a acercarse a la meta de Alisson. Las ocasiones caían y Griezmann daba dos zarpazos, uno tras disparo de Koke desviándolo y otro, tras un gambeteo de Joao Félix con cuatro jugadores del Liverpool hipnotizados para que el de Macon se orientase el pase para meterse en el área y cruzar para el 2-2. El Atlético sobrepasado y frágil de los primeros 20 minutos se había convertido en un equipo seguro de sí mismo, quirúrgico en sus acciones, que ahora sí interpretaba a la perfección. Sí se protegía con sentido y salía con peligro.
Tanto como para acumular ocasión tras ocasión hasta que el árbitro se cargó el duelo. El galo fue a controlar un balón sin ver que, con la pierna levantada, Firmino metía la cabeza. El alemán, cuadriculado al cuadrado, le echó. La ley, convertida en injusticia por no entender el espíritu de la norma. En inferioridad numérica el partido cambió, el Atlético se protegió y el Liverpool no fue capaz de hacerse valer. Hasta que el propio equipo rojiblanco se suicidó con un penalti de Hermoso ●
Griezmann, autor de dos goles, fue expulsado por una entrada a Firmino y se fue aplaudido