Anatomía de un maratón en menos de 2 horas
Un documental explora los entresijos del maratón que culminó Kipchoge en Viena
Los fanáticos de los maratones, los especialistas en el estudio del rendimiento humano y frikis de las excentricidades deportivas van a pasárselo en grande con el documental ‘Kipchoge: el último hito’. Lo ofrece Movistar+ con alquiler previo.Se trata del seguimiento que se hizo a la estrella del atletismo Eliud Kipchoge cuando se propuso correr un maratón en menos de dos horas. Fue en Viena, el 12 de octubre del 2019. Seguramente lo recordarán porque generó una gran expectativa mediática y, a la vez, un enorme debate sobre el dopaje tecnológico. Pero el documental, producido por Ridley Scott y dirigido por su hijo Jake Scott, muestra los entresijos de la proeza, con una estética muy cuidada y con los recursos audiovisuales más clásicos para asegurar la épica. El espectador descubre cómo surgió la idea y cómo se formó el equipo de expertos que debía preparar una gesta inédita: especialistas en rendimiento físico y psicológico, el localizador del terreno óptimo, la elección de los coches, los láseres, los tiempos, la selección de las liebres, la coordinación del equipo, y demás exquisiteces como los cálculos a nivel nutricional y de hidratación, los aspectos meteorológicos y la química humana entre todos los integrantes del proyecto. El fragmento que relata la colocación de las liebres para el estudio aerodinámico, la coreografía de los corredores y la ejecución de los cambios es apasionante. El documental avanza además a ritmo de maratón. Va de menos a más y por etapas. La inicial nos acerca a la faceta más personal de Kipchoge para que entendamos el origen de su espíritu de superación y lo que supone para los kenianos. Este primer tramo es indispensable para captar los matices del cruce de la meta. La virtud del documental es que sabe alternar los aspectos más mecánicos y tecnológicos con los más emocionales, de tal modo que el relato huye de la proeza individual para contar una historia que conecta con el trabajo en equipo y con el mensaje simbólico que Kipchoge quiso dar al mundo en general y especialmente a la gente de su país. El montaje final está tan calculado que casi te obliga a emocionarte. Sin duda, el documental se convierte en una pieza indispensable para reafirmar el hito histórico del atleta ●