Los héroes del Palau
Atendiendo la amable invitación de Josep Vives, asistí ayer al acto institucional conmemorativo de los 50 años de la inauguración del Palau Blaugrana. Con el Auditori 1899 como escenario, fue una ceremonia tan entrañable como sencilla y de poco más de una media hora de duración, perfectamente conducida por la pareja de Barça TV Cristina Collado y Llorenç Tarrès, que tuvieron un relato impecable, pero hasta donde les alcanzaba la memoria. Este es un defecto que frecuentemente padece el periodismo, que se recrea con los sucesos vividos, para dejar en el baúl de los olvidos aquellos hechos que la edad no alcanza a recordar. Ayer sucedió por ejemplo con las primeras generaciones del recién estrenado Palau. Ni una sola mención a los Costa, Camps, Carmichael, Thomas, Azpiazu, Soler o Sanjuán, que volvieron a plantarle cara al Real Madrid, que cayó derrotado en su primera visita a la nueva cancha barcelonista. Como también se encontró a faltar alguna mención para el técnico
Antoni Serra, con el que ganaron dos Ligas a primeros de los 80 y cinco Copas consecutivas. Además de citar al gran ‘Lagarto’ De la Cruz, que durante 11 temporadas nos deleitó con su garra de auténtico gladiador en sus duelos con los corpulentos pívots rivales.
Si un equipo llenó a reventar las gradas en sus tiempos de máximo esplendor fue el de hockey patines, no tan solo por ser el primero en conquistar la primera Copa de Europa del club en 1973 con los
Pons, Vila, Brassal, Villacorta y Chércoles, derrotando al Benfica a doble partido. Pero el Dream Team de Pep Lorente lo formarían pocas temporadas después un quinteto que se recitaría de memoria: Trullols, Vilapuig, Villacorta,
Torres y Centell, que paliaban la falta de títulos de la entidad en los primeros años de Núñez en la presidencia, sin que ninguno de ellos tenga colgada su camiseta de las paredes del Palau.
Quien si la tiene retirada con el dorsal 7 es Iñaki Urdangarín, cuya presencia en el acto no pasó desapercibida para los asistentes. Su regreso al Palau coincidía con el debut de su hijo Pablo convocado por Carlos Ortega para el partido de la ASOBAL contra el Huesca, 35 años después de que Valero Rivera le diera la alternativa, para convertirse dos décadas después en un jugador de leyenda. Muchos son los que discuten la conveniencia de que la camiseta del cuñado del Rey continúe estando retirada en lo alto del templo, un privilegio que alcanzó como uno de los jugadores más destacados del mejor equipo de balonmano de la historia. Esto nadie se lo podrá discutir a Iñaki, todo lo mal que hizo después de su retirada como jugador en activo forma parte de otra historia que nada tiene que ver con su brillante carrera deportiva y que, además, ya saldó ante la justicia.
Medio siglo después el viejo Blaugrana ya languidece esperando su fecha de caducidad con la construcción de uno nuevo dentro del recién aprobado Espai Barça que doblará la capacidad actual, de acorde con las necesidades que marca la Euroliga de basket o la futura división europea de la NBA. Pero a pesar de su próxima demolición quedaran para siempre las palabras de Nacho
Solozabal el día de su homenaje, que elevó al Palau a la categoría de santuario del barcelonismo ●