DIABLO ÍNTIMO
El flamante nuevo campeón de MotoGP es adicto a los tatuajes, al estilo urbano de lujo y a los McDonalds Quartararo es hijo de un expiloto de nivel nacional, tiene un box multicultural y se apoya en los psicólogos
El nuevo campeón del mundo de MotoGP Fabio Quartararo se hizo piloto en España, donde pasó por todas las categorías inferiores y desde su debut 2019 en MotoGP es la nueva piedra angular del proyecto Yamaha. Detrás de su carácter extrovertido y educación exquisita se esconde un ‘Diablo’.
1. ORÍGENES SICILIANOS
Etienne Quartararo y Martine Adamo, los padres –cerrajero y peluquera, respectivamente–, tienen orígenes sicilianos y emprendieron idéntico camino sus ancestros, de Sicilia a Túnez, entonces Protectorado francés, y años después saltaron a Niza, donde ellos se conocieron y tuvieron a sus dos hijos: Anthony y 11 años después llegó Fabio. El Diablo se expresa en su día a día en cuatro lenguas, francés con su entorno, castellano –la secundaria la cursó en Altea–, italiano con su jefe técnico Diego Gubellini e inglés.
2. ADICTO A LOS TATUAJES
Su amor por los tattoo no llega al extremo de Arón Canet, que se lleva la palma, pero está dibujando su historia en su piel. En invierno, tras un trabajo de 9 horas de Iván Morant, grabó en el bíceps derecho una de las fotos que le sacaron de su primera victoria MotoGP en el GP de España con la fecha 19-072020. Ese brazo derecho se completa con una brújula, relojes, una Virgen, la Notre Dame de Niza, un tigre, la inscripción Peace of Mind (Paz de
Espíritu) y además en la nuca lleva una cruz con unas alas de ángel.
3. LA FAMILIA ES LO PRIMERO
Otro tatoo está en la tibia, Family First (la familia es lo primero). De los 14 a los 17 años estuvo apartado de la familia para irse a Altea con su ex mánager Eduardo Martín a perseguir su sueño y al crecer la valora más. Aunque vive independiente en Andorra, está muy anclado a su tribu de abuelos, padres, tíos y tías, hermano y cuñada y con sus sobrinos Louane y Luca ejerce mucho de ‘ton ton’ (tío). Por ahora no les ha presentado ninguna novia formal, ni se sabe qué piensan de su extravagante estilo urbano.
4. CATÓLICO
Educado en una escuela católica privada en Niza, siguió cursos de catecismo hasta su confirmación, se persigna a la salida del pitlane y en la parrilla de salida y lleva el tatuaje de la Virgen. No se separa de su Jesucristo en la cruz que cuelga de su cuello.
5. EL NÚMERO 20
Lleva el número 20 por ser el día de su nacimiento (20 de abril). Lo ha llevado desde su primera PW, sus primeras carreras en Italia y España siendo un niño y solo lo abandonó por razones comerciales del equipo de Sito Pons (por el 40) en Moto2 en 2017. Su padre Etienne, que llegó a campeón francés de 125cc en 1983, lleva tatuado ese 20 en el brazo izquierdo.
6. UN BOX MULTICULTURAL
Se trajo del box Petronas Yamaha al Monster Yamaha a cinco mecánicos, el italiano Diego Gubellini, su jefe técnico, el ingeniero electrónico español Pablo Guillem, el alemán Achim Kariger, el italiano Daniele Grelli y su ingeniero Yamaha Shinya Yada, a los que se unieron dos ex de Rossi, el belga Bernard Ansiau y el estadounidense Mark Robert Elde.
7. EL APODO ‘EL DIABLO’
“Cuando tenía siete años tenía una réplica de un casco de Roberto Locatelli y tenía un diablo detrás. Era 2008 y unos 20 niños nos presentamos a unas pruebas en España y uno me llamó ‘el diablo, el diablo’ y desde entonces todos me empezaron a llamar así y se me quedó. Y hasta ahora”, explica.
8. EL PSICÓLOGO
Siempre puntualiza que ha hecho dos veces terapia, pero nunca por una cuestión que le ayude para su carrera deportiva, sino para su vida personal. La última vez, este invierno pasado, fueron unas sesiones de hipnosis para evitar los ataques de cólera y su falta de gestión de las emociones.
9. LOS MCDONALDS
Ahora que no tiene problemas de sobrepeso como de niño –su padre le prohibió las hamburguesas y lo envió a entrenar con su hermano–, una visita al McDonalds cae cuando gana. En Aragón, una fan en un cartel le pidió sus guantes a cambio de patatas y cheeseburguer y, tras el ataque risa, al término de la sesión se fue a la grada a hacer el trueque