NO BASTA CON FE
El Barça, invicto, necesita mejorar hoy en la pista del Maccabi para no tentar otra vez a la suerte Los azulgrana suman cuatro derrotas seguidas en Tel Aviv, donde ganaron por última vez en 2016
Bajo el fervor de un hombre de fe como Nikola Mirotic, cristiano ortodoxo confeso y patriarca azulgrana -más por su liderazgo espiritual que por su frondosa barba-, el inmaculado Barça encontró el martes en Turquía la remisión de sus pecados en el último suspiro. Peregrinan hoy los de Jasikevicius a Tierra Santa pero no parece indicado encomendarse otra vez sólo a la fe. Porque visita un templo maldito como el del Maccabi Tel Aviv -cuatro derrotas consecutivas-, y porque ya son demasiados pasos por el purgatorio en las últimas fechas encontrando el cielo y no el infierno: las prórrogas del Olympiacos y el Mónaco, el austero triunfo contra el Unicaja y la canasta milagrosa del Fenerbahçe. Además, el Maccabi ganó también el año pasado en el Palau. El propósito de enmienda tiene que ser real tras pasar por el confesionario de Jasikevicius, autocrítico tras los últimos partidos.
En el solemne Menora Mivtachim Arena, uno de los rituales más peligrosos del equipo israelí -sexto con cuatro victorias y dos derrotas-, serán los triples de un hombre con afán de ir de flor en flor, con muchos ex, Derrick Williams. A qué pacto con el diablo habrá llegado el ex del Valencia y de la NBA para liderar la tabla de jugadores con mejor porcentaje desde el perímetro de la Euroliga con su 64,3% cuando en su carrera ha promediado un 34%. El alero es uno de los nuevos discípulos del técnico griego Giannis Sfairopoulos, con más de media plantilla cambiada. El pívot ex azulgrana Jalen Reynolds ha recuperado su fe en el Maccabi tras marcharse un año al Bayern y también se ha unido a la causa el alero James Nunnally tras su efímero regreso a la NBA con los New Orleans Pelicans y el interior Jake Cohen -procedente de Obradoiro-, otro que ha vuelto. Siguen el base Scottie Wilbekin y el pívot Ante Zizic, que tanto martirizó con sus 24 puntos el año pasado al Barça, que ganó por última vez en Tel Aviv en 2016. Entre los que ha visto el Maccabi partir están el pívot Othello Hunter, al Bayern, y el escolta Tyler Dorsey, al Olympiacos.
“Han cambiado el equipo, es más grande que el año pasado y son fuertes en defensa”, advierte Jasikevicius. El poderío en el rebote defensivo -terceros con 24,3 capturas en una tabla en la que el Barça es segundo con 24,5-, ilustra esa fortaleza defensiva de los israelíes. “Jugaremos en una de las pistas más míticas del baloncesto. El Maccabi nos lo puso difícil el año pasado, y sale con mucha energía en el primer cuarto, lo que nos exigirá estar concentrados. No hemos tenido mucho tiempo para preparar el partido pero lo intentaremos. Toca prepararse para competir otra vez tras 48 horas, es el cuarto partido en 11 días pero tenemos una plantilla larga”, dijo Saras sobre el conjunto de Tel Aviv, ausente en los play-offs desde la 14/15 pero seis veces campeón de Europa.
Nick Calathes, líder en asistencias de la Euroliga con 5,3 por encuentro, destaca el ambiente que se encontrará el Barça. “Ellos son muy fuertes en su casa, tienen una gran atmósfera para jugar pero estamos preparados”, subrayó