Sin reacción
El cambio de entrenador tiene, fundamentalmente, un objetivo: provocar una reacción. Sergi Barjuan intentó ayer que el Barça jugara más rápido, más junto y más intenso. Se vio algo, pero poco. Pedirle milagros al nuevo técnico tampoco es lógico. Como no lo fue destrozar a Koeman y situarlo como el único culpable de un problema conjunto en el que los futbolistas siempre salen ilesos. Hoy, el Barça no tiene a Messi nia Griezmann y cuenta con grandes jugadores muy jóvenes y muy veteranos. Al final hubo detalles de mejora, pero en el global, más de lo mismo. Se le criticó a Koeman que este equipo lanzaba muchos centros al área. Ayer, según la estadística oficial, el Barça metió ¡27 centros! aunque nadie puso el foco en eso, ante un Alavés muy bien organizado en defensa y con velocidad en la jugada en la que empató.
LA POSESIÓN VOLVIÓ A SER BRUTAL con un 80% y los remates, 16, de los cuales, cinco a puerta, pero el equipo siguió penalizado por la falta de definición delante y un despiste detrás (también fue un jugadón del Alavés) El Barça dispuso de ocasiones para ganar, como las tuvo en Vallecas (un penalti fallado) pero no se materializaron. Los dos extremos del Barça fueron la mayor parte del partido Dest y Coutinho, ninguno de los cuales fue fichado para jugar en esa posición.
EL EQUIPO BLAUGRANA JUGÓ BIEN, pero no definió y en una ocasión de velocidad el Alavés empató. Y eso que Eric y Alba jugaron un buen partido atrás. Memphis fue el mejor delantero, con la mala suerte de la lesión de Agüero yenel mediocampo tanto Nico como Gavi permitieron seguir ilusionados a los aficionados barcelonistas que no se dieron cita en gran número en el estadio. Apenas 37.000 espectadores es una cifra muy baja. Pero no pararon de animar. Muy pocos, pero muy buenos. Hay que seguir y el martes llega la primera gran final en Kiev, donde el FC Barcelona debe mantener la esperanza de seguir en Champions porque en la Liga ayer el Barça ya no está tan vivo ◾