Cada vez más lesionados y menos público
Anoche sólo acudieron 37.278 espectadores para ver a un Barça que ayer también perdió a Piqué y al Kun
En pleno puente, tras una tormenta importante ayer a mediodía y con un equipo que no engancha, el Camp Nou presentó ayer una pobrísima entrada. Sólo 37.278 espectadores asistieron al Barça-Alavés, una cifra inferior a la del día del Bayern de Munich (39.737), cuando el aforo estaba limitado como máximo al 40 por ciento.
Casi en familia y ante unas gradas que presentaban un aspecto desolador, el Barça volvió a pinchar ante una afición cada vez más desilusionada. La grada premió a los jóvenes, aplaudió a Nico, Gavi o Riqui, pero se desesperó un día más con Coutinho.
Piqué, duda para Kiev
Y los seguidores se preguntan por el elevado número de lesionados. Ayer se retiró Agüero mareado, Piqué lesionado y Nico acabó pidiendo el cambio, aparentemente por cansancio. Antes del partido ya estaban fuera de combate Ansu, Dembélé, Pedri, Araujo, Frenkie de Jong, Sergi Roberto y Braithwaite.
El central, con una sobrecarga en el sóleo es duda para Kiev y Agüero está pendiente de pruebas cardiológicas, por lo que Sergi no puede contar ahora mismo con nueve futbolistas, más de un tercio de la plantilla. Aunque el técnico interino espera recuperar a Ansu Fati para la final de Kiev.
Como ya sucedió en el Clásico ante el Real Madrid, la grada se tomó el nuevo pinchazo con resignación e impotencia. Casi no tuvieron ánimo ni de silbar las pérdidas de tiempo del Alavés y sólo Coutinho generó cierto ‘run-run’ en las gradas y escuchó algunos tímidos silbidos.
También empieza a generar dudas entre un sector de la afición Marc-André ter Stegen, que no parece el mismo de antes de la lesión y al que le persigue una nefasta estadística esta temporada, ya que en casi cada partido el primer disparo del rival entre los tres palos acaba en gol. Sucedió ayer, como en Vallecas, en el Clásico, ante el Valencia, en el Wanda o en Lisboa. En ocho de los 14 partidos disputados esta temporada el primer disparo a puerta del rival le ha costado un gol al Barça, un dato muy preocupante, no sólo para el portero alemán, sino para el equipo a nivel defensivo●