La luz amenaza a la natación
Tras la pandemia, el coste de la energía eléctrica es otra piedra para los clubes. Lo explica Claudi Martí, presidente del CN Sabadell
“Se va mejorando tras la pandemia, pero esta situación nos hace mucho daño”, cuenta Claudi Martí, presidente del Club Natació Sabadell. Se refiere al aumento del precio de la energía eléctrica, el cual amenaza la viabilidad de clubes de natación, que ya quedaron contra las cuerdas durante la pandemia del coronavirus.
Porque, cuando la tendencia parecía ascendente tras más de un año muy complicado, ha llegado el incremento de las facturas. Con la necesidad de mantener la temperatura del agua de las piscinas y las tareas de mantenimiento, climatización y saneamiento se han convertido en dos grandes problemas para los clubes nacionales. “Somos un deporte caro conceptualmente hablando. La situación no se diferencia de la de otra empresa, pero hay una diferencia: si nosotros paramos nuestra producción, en nuestro caso los servicios que ofrecemos, perdemos socios”, cuenta Martí.
Los socios permiten que los clubes sobrevivan. Han bajado durante la pandemia. Por ejemplo, el Sabadell perdió en el último año y medio entre un 30 y un 40% de su masa social. Tan solo ha recuperado el 10% en los últimos meses. En definitiva, a los ingresos menores se les unen mayores costes: el club vallesano calcula que la factura anual en coste energético va a aumentar en unos 600.000 euros. “Mantener las instalaciones abiertas con estos costes adicionales es como una segunda pandemia”, advierte Martí.
Los costes en este aspecto se han duplicado. Y ya se viene de un punto de inicio complicado. “Hemos mantenido abierta una instalación muy cara durante la pandemia para que el deporte pudiera seguir adelante, para que los equipos nacionales pudieran prepararse de cara a los Juegos
de Tokio. Todo a costa nuestra. Ya no tenemos más margen”, avisa Martí.
En busca de soluciones
El problema es evidente. La solución, no tanto. O sí. “Nosotros hemos recibido ayudas de la Generalitat como cualquier empresa cerrada, pero no en concepto de deporte”, lamenta Martí. “Hemos mantenido el nivel de las competiciones para que se pudiera lograr un buen resultado en los Juegos de
Tokio, especialmente en waterpolo. Pero va a llegar un momento en el que los clubes no vamos a poder hacerlo”, avisa.
La natación española pide ayudas. “Se han dado a ligas importantes como la ACB o la ASOBAL. ¿Por qué no al waterpolo? Los costes energéticos nos van a comer”, exclama el presidente del club vallesano. Los clubes ya se están moviendo. La Asociación de Clubes Catalanes ya ha hecho sabedora de su problema a la Generalitat de Catalunya. La Federació Catalana de Natació y Real Federación Española de Natación también conocen una situación que necesita solución de forma urgente.
Por ello, los clubes quieren dar a conocer su situación en próximos días al Consejo Superior de Deportes. Eso sí, la solución no se antoja sencilla. Es un tema de complejo, porque las ayudas suelen trasladarse a niveles más altos. “Pero, por ejemplo, se ha reducido el IVA en diez puntos para ciertos hogares. ¿No podría ser aplicable a entidades como nosotros?”, lanza al aire Martí. Otra opción podría ser la de ayudas directas para los clubes. “Si las entidades no pueden desarrollar sus actividades por no tener la actividad al 100%, no podemos estar para los socios no y para los deportistas sí como en la pandemia”, advierte el presidente.
Los clubes de natación buscan soluciones para poder superar otra notable complicación para su economía y para su estabilidad. Y es que, tras la pandemia, el recibo de la luz amenaza con teñir de oscuridad su futuro inmediato
Las instalaciones son caras de mantener y los precios se han duplicado
Los clubes buscan soluciones: se paga más y se ha perdido masa social