Mundo Deportivo (At. Madrid)

ANSU MANTIENE VIVO AL BARÇA

El ‘10’ se echó el equipo a la espalda y marcó un tanto para creer en los octavos Ter Stegen también contribuyó al triunfo en un partido muy sufrido

- Roger Torelló Pere Puntí (fotos)

El día D ya la hora H, Ansu Fati, que reaparecía tras dos partidos de ausencia, se echó el equipo a la espalda y lo empujó un poco más cerca de los octavos de final de la Champions. Un tanto del ‘10’ en el minuto 70, después de que el árbitro a instancias del VAR le anulara cinco minutos antes un penalti que él mismo había provocado, le valió al Barça para colocarse en la segunda posición del grupo con seis puntos, dos más que el Benfica, y pasa a depender de sí mismo para estar en los octavos. No sin sufrimient­o, porque Ter Stegen volvió a ser él y evitó dos tantos claros del Dinamo, Sergi pudo celebrar su debut en la Champions como técnico con un triunfo vital a la espera de la llegada de Xavi.

Contratiem­po

Aunque el día antes recuperó a cuatro de sus futbolista­s de una tacada (Ansu Fati, Frenkie de Jong, Araujo y Dembélé) y apostó por dos de ellos en el once -Ansu y Frenkie-, a Sergi le surgió un contratiem­po de última hora antes de la final ante el Dinamo. Dest acabó con molestias el partido ante el Alavés y se quedó en el banquillo por precaución, con lo que el técnico interino del Barça tuvo que improvisar un cambio de sistema. Con Dembélé sin haber jugado un solo partido en los últimos cuatro meses y con el joven Demir desapareci­do del equipo durante el último mes, Sergi decidió apostar por un 4-4-2, con Lenglet sustituyen­do al lesionado Piqué y Gavi haciendo de falso extremo derecho, acompañand­o a Ansu y Memphis, siendo el neerlandés quien ocupó la posición más de ‘9’.

El Barça inició el choque muy metido en el partido, consciente de lo mucho que se jugaba. A los 4 minutos, una buena combinació­n entre Ansu y Memphis dentro del área acabó con un disparo del neerlandés que se estrelló contra la defensa rival. Poco después, otro acercamien­to del Barça, ahora con un disparo de Ansu que tampoco pudo superar la defensa ucraniana. Los de Sergi estaban bien plantados, ordenados y cuando no podían jugar por dentro tenían el recurso de Eric y Lenglet lanzando pases largos o rompiendo las líneas, como hizo el francés a los 20 minutos. Sin embargo, cuando el Barça llegaba al área del Dinamo se le apagaba la luz.

Tras unos 20 minutos más que aceptables, con un disparo alto de Busquets desde fuera del área, el Dinamo se vino arriba. En solo cuatro minutos, del 24 al 28, los de Lucescu dispusiero­n de tres ocasiones claras, dos que erró Shaparenko y otra que salvó Ter Stegen bajo palos tirándose con los pies. En el último cuarto de hora de la primera mitad, el Barça volvió a reencontra­rse y recuperó el dominio pero mantuvo la esterilida­d en ataque. De hecho, la ocasión más clara para los culés llegó con un remate de plancha de cabeza de Lenglet tras una falta lateral servida por Alba que se estrelló en el poste, pero fue invalidada por fuera de juego del francés. Antes del descanso también la tuvo Nico con otro remate de cabeza, pero el balón se estrelló contra un compañero, en este caso sobre Memphis Depay, sobre la misma línea.

Al Barça le faltaba gol, pero no las ganas de llevarse el triunfo, con lo que salió de nuevo a por todo tras la reanudació­n. Después de un tanteo inicial, con un acercamien­to para cada equipo, llegaron los mejores momentos del Barça.

En el minuto 63 Ansu Fati sufrió un posible penalti por una supuesta falta de un rival cuando se disponía a chutar a la portería del Dinamo, y el árbitro no dudó en señalarlo. Sin embargo, a instancias del VAR el colegiado rumano, compatriot­a del técnico del Dinamo, lo revisó y acabó anulando la pena máxima ante la incredulid­ad de los culés y la alegría del Olímpico de Kiev.

Acto seguido, Sergi decidió mover su banquillo y ponerle una marcha más al partido con la entrada de Dembélé, que reaparecía tras cuatro meses. El francés entró en el 65‘ por Gavi y el Barça ganó mucho en ataque, al menos en intimidaci­ón. A los cinco minutos, Ansu Fati se quitó la espina del penalti que le anularon marcando un golazo que ponía fin a la sequía e invitaba al Barça a pensar en los octavos de la Champions. El ‘10’ se erigió en el líder del equipo y aprovechó un centro desde la derecha de Mingueza para empalmar con la derecha un disparo que entró por la parte alta de la portería del Dinamo.

Lucescu completó todos sus cambios buscando el empate y a punto estuvo de lograrlo. Pese a ir por delante en el marcador, el Barça no consiguió mantener el balón y entró en el círculo de locura que buscaban los ucranianos. De hecho, salió vivo también gracias a Ter Stegen, que tras mucho tiempo volvió a mostrar su mejor versión y con dos buenas paradas contribuyó a un triunfo vital para el equipo, el club y la afición

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De Pena pudo marcar en el primer remate pero el meta fue clave
FOTO: P. PUNTÍ Ter Stegen, providenci­al De Pena pudo marcar en el primer remate pero el meta fue clave
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