Camino del peor Barça de la historia

Mientras el Barça recibía anoche un balón de oxígeno en Kiev, aunque no se libró de la maldición de las lesiones (esta vez Lenglet), no se puede ocultar que en su mal momento influyen intereses alejados de lo que le conviene.

Las decisiones cruciales no dejan lugar a dudas. Joan Laporta despreció el crédito de LaLiga de 275 millones, a través de CVC, para afirmarse como monaguillo de Florentino, tras el fiasco de la Superliga, que ha enfrentado el club a la UEFA. Con ese dinero se hubiera renovado a Messi (expulsado sin negociación 25 días antes de cerrarse el mercado), indemnizado a Koeman y traído a Xavi.

¡Ah! Y ese dinero de LaLiga no se imputaba en el balance como deuda, sino como patrimonio neto, por lo que no afectaba al límite salarial. Laporta no ha pensado solo en su ‘amigo’ Flo, que debe estar dando saltos de alegría, sino también en los avalistas, a los que ofreció además la cabeza de Griezmann, culminación de la penuria goleadora que arrastra Como pasó cuando no quiso a Xavi en junio porque era el entrenador de Víctor Font . No pensó en el Barça, sino en no mancillar su propio ego. Ahora, delira por su regreso.

Pensar solo en lo que conviene al Barça ha sido la asignatura pendiente de muchos presidentes, que han trabajado en función del qué dirán y de intereses particulares, negocios paralelos incluidos. Laporta, presidente gracias a la gran mentira de la renovación de Messi, como en 2003 lo fuera con la mentira del fichaje de Beckham (un asombroso récord), debe pensar solo en el bien del club. De seguir como hasta ahora va camino de lograr el peor Barça de la historia