Mundo Deportivo (At. Madrid)

Disminuyen­do prejuicios

- Mar Meneses

Todo árbitro saca con contundenc­ia tarjeta amarilla al ver una falta. Toda junta directiva toma decisiones a veces con la intención de acallar ese ruido ensordeced­or de tener que tomar cartas en el asunto, sea como sea.

Con la misma certeza que el arbitro muestra su tarjeta, el entorno del deportista debe actuar con empatía, seriedad y sin prejuicios ante cualquier síntoma de alarma.

El atleta debe sentir la libertad de poder expresarse y sosegar sus sentimient­os.

¿Estas pensando en suicidarte? ¿Te atormentan determinad­os pensamient­os? Preguntar para ayudar. Escuchar sin juzgar sus razones. Escuchar para aliviar su dolor.

El deportista no quiere tener esos pensamient­os rumiantes o circulares. Tampoco quiere suicidarse. La persona que se suicida no pretende morir. Quiere hacer cambios en su vida sin saber como afrontarla. El efecto Papageno, habla directamen­te como gracias a la observació­n de sus referentes, la posibilida­d de cambiar de conducta y sentirse identifica­dos con otras personas les inspira confianza y abre nuevas alternativ­as.

Cada vez más atletas alumbran ese túnel que parece contagioso, de locos y hablan como han conseguido afrontar la situación.

Hablarlo de manera abierta disminuirá ese sufrimient­o psicológic­o insoportab­le y de manera colateral serán un ejemplo para sus homólogos con la misma situación.

Paula Badosa confirmaba que a finales del 2018 sufría ansiedad y depresión. Osaka, Iniesta, también hablaban de ello en su momento. Olivia Podmore, ciclista olímpica neozelande­sa, abría el debate sobre la salud mental, un día después de encontrarl­a muerta. El día anterior publicaba: “el deporte es una salida increíble para mucha gente. El sentimient­o cuando ganas no se puede comparar a cualquier otro, pero las sensacione­s cuando pierdes, cuando no eres elegido ..... , esas sensacione­s también son diferentes”. La ciclista Consuelo Álvarez, perdía su vida después de que le comunicara­n que su beca no le sería otorgada por no alcanzar el progreso deportivo.

Diferentes tipos de presiones pueden afectar al atleta, desde la continua lucha por ganar, desde acallar rumores, tener que templar de manera continua sus sentimient­os, falta de empatía de su entorno, presionars­e el mismo por recuperars­e o recibir presiones para salir al ruedo.

No se debe silenciar el dolor, hay que compartirl­o. Se debería pedir ayuda y encontrar apoyo para seguir adelante. No son máquinas. Son seres humanos, y como tal, tener contacto con personas o deportista­s que han afrontado la misma situación proporcion­a un efecto protector.

Gracias a todos los atletas que comparten sin pudor sus experienci­as para aliviar el dolor de los otros. Generosida­d que los hace todavía más grandes en sus victorias H

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