Excusas inadmisibles en TVE
Juan Carlos Rivero aseguró que si no hay más tertulianas es porque no existen
El domingo en ‘RTVE responde’ que atiende las quejas de los espectadores se hacían eco de una reclamación que lamentaba el sesgo en las tertulias deportivas de ‘Estudio Estadio’ con la escasísima presencia de mujeres colaboradoras y, además, con un rasero muy distinto en los cánones estéticos. El señor lamentaba que se perpetuara un patrón tan sexista en una televisión pública. Automáticamente aparecía la respuesta del responsable del programa, Juan Carlos Rivero, que tenía delito: “A la hora de seleccionar tertulianos no tenemos en cuenta si son hombres o mujeres, como no tenemos en cuenta otro tipo de diferencias. Lo que sí tenemos en cuenta es buscar un perfil adecuado para el tipo de programa que hacemos. Y es cierto que, a día de hoy, hay menos mujeres que hombres, pero también hay muchas menos mujeres disponibles para seleccionar con respecto al mercado de hombres con el perfil para ser colaboradores del programa. No es una cuestión que nosotros podamos resolver. Pero estoy convencido que solo es cuestión de tiempo que la mujer se vaya incorporando y que vaya habiendo muchas más mujeres que hablen de fútbol como en tantos otros sectores de la sociedad. Tan solo hay que esperar”. Alucinante. En pleno 2021 asegura que si no hay más mujeres en su programa es porque no existen. La excusa resulta ofensiva para las muchas periodistas deportivas que hay, perfectamente aptas y capaces. Mucho más, incluso, teniendo en cuenta el nivel de algunos integrantes masculinos. Es el colmo atribuir el sesgo de su programa a la inexistencia de mujeres y, además, asegurar que él no puede hacer nada y que “hay que esperar” a que “la mujer se vaya incorporando” como si acabásemos de salir de la dictadura. La pésima excusa falsa y machista de su responsable para justificarlo es inadmisible en una televisión pública. La realidad le desmiente. Pero lo decepcionante es ver como suelta esta barbaridad en el programa que tiene la función de defender al espectador, que no haya ni un ápice de autocrítica y se obligue a la audiencia a tragar con semejante desfachatez. Pueden volver a contactar con el programa para quejarse de la excusa.