Lasmily una noches

Que no les cuenten historias. El fichaje de Xavi Hernández como nuevo entrenador del Barça se podría haber cerrado mucho antes y nos hubiéramos ahorrado el vodevil de estos últimos días en Qatar, y unos cuantos capítulos de este cuento fantástico. La raíz de todo es que el presidente Joan Laporta considera que Xavi era la pieza angular del proyecto de Víctor Font, su principal opositor en las últimas elecciones. Por eso durante la campaña, e incluso siendo ya presidente, Laporta ha dicho en más de una ocasión que veía a Xavi un poco verde para hacerse cargo del primer equipo, y que ya le llegaría su oportunidad. También se deslizó desde el club que el escenario ideal sería que Xavi pasase primero por el filial para luego saltar al Camp Nou, como ya hizo en su día Pep Guardiola. La realidad es que a Laporta le dolió que Xavi no se mojase públicamente por él durante las elecciones, como sí hicieron Jordi Cruyff o Albert Benaiges, que casualmente ya trabajan en el Barça. Por todo esto, Xavi no fue una opción real en verano y tampoco salió su nombre en la trágica noche de Champions en Lisboa. El club le dio un último voto de confianza a Koeman, pero la trayectoria del equipo era insostenible. Tras perder en Vallecas, se puso el nombre de Xavi sobre la mesa y convencieron a Laporta .El presidente ha dejado su orgullo herido a un lado, porque ahora mismo Xavi es el único técnico que genera ilusión y consenso en el barcelonismo. En este momento de la historia, el club necesita un relato tranquilo y no historias mágicas y de leyenda como las de las mil y una noches