Pedro Acosta, oportunidad y victoria

Mucho se habla en el mundo del deporte de la presión a la que están sometidos muchos deportistas. Normalmente se habla de la presión y de sus diferentes ángulos. Presión por ganar títulos, presión social, presión impuesta por los padres o patrocinadores, por poner algunos ejemplos.

Quienes hemos seguido este campeonato, ya nos sonaban algunos nombres como Foggia o Masiá. Pilotos, ambos con una trayectoria más que notoria en Moto 3, compitiendo desde 2017 y con una edad similar.

Nada hacía saltar las alarmas que en Puerto de Mazarrón (Murcia), zona de España donde hasta ahora no había tradición por las motos, hubiera un chaval que con tan solo 17 años y en su primer año en Moto 3, pondría en jaque a sus adversarios.

¿Quién debería tener más presión? ¿Pedro Acosta por su inexperiencia o sus homólogos por su veteranía?

Resiliencia es la capacidad que ha tenido el campeón de Moto 3 a su temprana edad.

Echando un año la vista atrás, veíamos a este chaval de Murcia sin equipo. KTM confió en él, apostó y ganaron los dos.

KTM confiaba en las posibilidades de su nuevo piloto, pero más confiaba Pedro Acosta en sus posibilidades. Autoconfianza es otro pilar para alcanzar el éxito deportivo. Confianza interna y conocimiento que gracias a sus recursos bien estructurados han dado sus frutos.

Llegar a ser campeón no es tarea fácil. Él lo hace fácil pero solo él, sabe los dolores sufridos después de cada campeonato. Este sufrimiento que le alentaba cada vez más a conseguir su objetivo. Ese sufrimiento como parte de la carrera y no como alerta ni síntoma de parar. Ese dolor inevitable convertido en dulces lágrimas dando la vuelta de honor, sabiendo que finalizaba un año duro.

Tener un círculo cerrado y de confianza, otro pilar con sus padres al frente, su entrenador y sus mecánicos.

Ser humilde y agradecer una y otra vez a KTM por aceptarle para ser parte de su familia es digno de admiración. Digno de un campeón.

Pedro Acosta, el tiburón de Mazarrón, nos ha dado una lección a sus 17 años. Resiliencia, confianza en sí mismo, agradecimiento, humildad y superación carrera tras carrera. Creer en el talento y entender la actitud nos lleva a la victoria, porque el peligro no es quien no cree en dar oportunidades, sino los intereses de negarlo o el miedo a que nos dejen en evidencia