“ME SORPRENDE MI CESE, ESTOY DECEPCIONADO”
Luis Casimiro Ex entrenador del Promitheas Patras
El técnico de aquel inmortal Manresa campeón de 1998, Luis Casimiro (Villamayor de Calatrava, 1960), ha entrenado por primera vez en el extranjero en el Promitheas Patras griego tras más de 30 años en los banquillos. Una experiencia incomprensiblemente efímera.
Destituido a los tres meses de llegar y pese a un buen inicio de temporada. ¿Cómo se siente?
Me ha sorprendido porque fuimos finalistas de la Supercopa compitiendo contra Panathinaikos, íbamos segundos en la Liga (por encima del equipo ateniense y de Olympiacos) y en la Eurocup habíamos perdido contra Valencia y Gran Canaria, pero compitiendo. Sólo no dimos la talla en Francia (derrota contra el Bourg en Bresse por 92-62). Las razones no son deportivas, la excusa puede ser ese partido pero viene de más atrás. Hay aspectos en los que el club y yo tenemos diferentes criterios y yo no suelo ser un entrenador manejable. Es la primera vez que me destituyen con una buena situación deportiva. ¿En qué aspectos discrepaban?
Eso ya queda entre el club y yo, pero a nivel deportivo no se metieron en mi trabajo.
En julio habían apostado muy fuerte por usted. ¿Se siente decepcionado?
Sí, ha sido como un amor pasional. De la misma manera que se enamoraron y pusieron todo de su parte para convencerme se han desenamorado y se ha acabado. Y,cuando se acaba el amor, no hay más. ¿De qué objetivos le hablaron?
Simplemente ir mejorando. No se habló de objetivos concretos ni en Liga, aunque sí se quería estar arriba, ni tampoco en Eurocup. Sí que se dio importancia a la Supercopa porque se jugaba en Patras. ¿Con qué presupuesto contaban?
A nivel de nómina de jugadoras y entrenadores estamos hablando de 1.200.000 euros, que sería uno de los más bajos de la ACB, pero en la media de la liga griega. Es un proyecto con poco dinero pero va creciendo, el club quiere, sobre todo, formar jugadores. ¿Qué le empujó a vivir su primera experiencia en el extranjero?
La posibilidad de seguir entrenando en la ACB no estaba cerrada pero di el paso porque ellos estaban muy convencidos de que fuera su entrenador. Ha sido sólo una experiencia de tres meses, la he vivido con pasión como todas y he aprendido. Hay jugadores que me han dicho que estos meses que han entrenado conmigo han sido los que más han disfrutado del baloncesto, y esa es mi mayor satisfacción. ¿Por qué ha tardado tanto en vivir esta primera experiencia foránea?
Porque siempre he tenido trabajo en la ACB. Cuando has viajado y disputado competiciones europeas ves que nuestra liga es la mejor, tiene una organización perfecta.
Sólo dejó de entrenar en 2013. Hay entrenadores que se queman tras tanto tiempo. ¿No le pasa a usted?
Es difícil quemarse cuando haces algo que te apasiona. Ahora, con la experiencia, tengo más ilusión.
Ya no queda mucho para que se cumplan 25 años de la Liga con el TDK Manresa de 1998...
Casi 25 años, una vida (ríe)… Es un hito histórico que no se volverá a repetir. Con el paso del tiempo, lo he disfrutado y apreciado todavía más