Mundo Deportivo (At. Madrid)

Campeona histórica

➔ Garbiñe Muguruza, primera ‘maestra’ española exhibiendo en la final la majestuosi­dad de sus selectos momentos

- Ángel Rigueira

➔ El revés de la estonia Anett Kontaveit se estrella en la red. Garbiñe Muguruza se deja caer de espaldas en el suelo del Estadio Akron de Guadalajar­a. Se tapa con las manos el rostro la caraqueña, 28 años. Su cuerpo convulsion­a al ritmo del llanto de emoción porque vuelve a ser una grande. 6-3 y 7-5 en 1h.38’. Pasadas las cuatro de la madrugada peninsular del jueves 18 de noviembre. Garbiñe Muguruza es la primera campeona individual española del Masters femenino, ahora denominado

WTA Finals. Superó aquella final sin premio de Arantxa Sánchez en 1993, el año de su nacimiento. Iguala los hitos masculinos de Manolo Orantes (1976) y Àlex Corretja (1998).

Ex nº 1 mundial en 2017, campeona de Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017. También finalista de Wimbledon 2015 y Open de Australia 2020. Es Garbiñe Muguruza una deportista de momentos. Se crece en los escenarios relevantes. Cuando emerge su mejor versión, domina como una elegida. Comenzó su cuarta participac­ión perdiendo ante Karolina Pliskova, pero ello sólo hizo que aumentase su gana de revancha. Y llegó en un estado pletórico, de forma y anímico, para reinar en las alturas (1.600 metros de longitud) de Guadalajar­a.

El décimo título de Garbiñe Muguruza en dieciseite finales, tercero en su curso más productivo (también Dubai y Chicago). Ha regresado dominando en Dubai, Chicago y el Masters. Recuperó más de 1.000 días después un puesto en el top10. Ascenderá de la quinta a la tercera plaza, se llevará un talón de 1.570.000 dólares y el trofeo Billie Jean King, que le entregó Chris Evert. Y toda la gloria de una corona con el valor añadido de ser pionera en su país.

Había derrotado a Anett Kontaveit 6-4 y 6-4 tres días antes en la fase de grupos. No resultó un espejismo por mucho que la estonia ya estuviese clasificad­a en aquel envite. Simplement­e, Muguruza es mejor, por tenis y experienci­a. En condicione­s normales, forma parte de otra categoría por mucho que su adversaria llegase a este evento en racha. Concluye a sus 25 años y nº 7 mundial con un balance de 29 partidos ganados de los últimos 33. Cedió en el más importante. Se lo arrebató Garbiñe.

Se jugó a lo que quiso Muguruza. Enorme con el saque, rotunda con el resto, fuerte en el ataque y persistent­e en el ataque. Tenis total, de la mano de su entrenador­a Conchita Martínez. Sólo momentos puntuales de nervios dieron entrada a la guerrera adversaria, pero la española mantuvo la compostura. Hubo abrazo a cuatro bandas. Garbiñe, la oscense y los dos argentinos del cuerpo técnico: la fisioterap­euta Adriana Forti y el preparador físico Santiago de Martino. Un bloque compacto.

Acabó el primer set con un par- cial de 4-0. Desquician­do a la opo- nente, rebasándol­a. Su mayor sus- to fue cuando se dobló su tobillo izquierdo y sufrió una fea caída. Sin consecuenc­ias. Tan superior se sintió que vivió un instante de zozobra, de nervios. De tener bola de 4-2 a verse 3-5, recibiendo un parcial de 0-3. Tan fuerte está, que respiró y recuperó la línea para remontar y certificar su obra maes- tra. Una Muguruza magistral ●

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 ?? ?? Anett Kontaveit y Garbiñe Muguruza
Anett Kontaveit y Garbiñe Muguruza

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