Xavi, un técnico inquieto y muy ‘pesado’
➔ No se sentó ni una vez en el banquillo y se pasó el partido charlando con sus jugadores y dando instrucciones
➔ Antes de empezar el partido, todos los focos estaban puestos en el banquillo del Barça. El debut de Xavi era la gran noticia y era la imagen del día. El propio Xavi tenía ganas de tomar posesión de su nueva butaca y de comprobar el ambiente, por lo que saltó al campo cuando aún faltaban cinco minutos para empezar el partido. Saludó a una afición que ya había coreado varias veces su nombre y ocupó su asiento en el banquillo, sentado entre sus dos asistentes, su hermano Òscar y Sergio Alegre. Pero sólo estuvo sentado durante un par de minutos, porque se pasó el partido de pie.
Mientras esperaba que saltaran los equipos al césped, Xavi buscó a su familia. Con la ayuda de su hermano los localizó y desde la distancia saludó a sus padres, Maria Mercè y Joaquim, a su mujer Núria y a su hermano Àlex, que estaban todos sentados en la primera fila del palco.
Ya en el calentamiento se apreciaron las primeras novedades. Ahora sí calientan todos los suplentes, algo que antes no sucedía. Y los titulares hacían una simulación de partido, ya situados en la misma posición que ocuparían después, con los dos interiores y los tres puntas atacando y y Busquets y los cuatro zagueros defendiendo. Lo que no varió con el cambio de entrenador fue la canción elegida para salir a calentar, que sigue siendo Highway to Hell, de AC/DC.
Segundos antes de que Del Cerro Grande pitara el inicio del choque, Xavi ya estaba de pie en el área técnica. Y ya no se movió de ahí en todo el partido. Al nuevo técnico se le vio inquieto y muy activo, no paró ni un segundo y estuvo dando instrucciones a sus futbolistas constantemente. Aprovechó cada pausa del juego para charlar con Piqué y Busquets en varias ocasiones, le corrigió la posición a Ilias y aplaudió todas las acciones de sus futbolistas. Él mismo admitió la víspera que estos días habían dado mucho la ‘brasa’ a los futbolistas y ayer quedó claro que es un técnico muy ‘pesado’, ya que no dejó de dar órdenes y de hablar con sus jugadores durante los 96 minutos
La grada coreó su nombre varias veces y el público regresó al Camp Nou: 74.418
que duró el derbi.
Xavi se mantuvo muy tranquilo y sólo le alteraron las controvertidas decisiones de Del Cerro Grande, que le llevaron a protestar al cuarto árbitro varias veces. El de Terrassa comprobó la ilusión que ha generado su llegada. Corearon su nombre varias veces, cuando se anunciaron las alineaciones el más aplaudido fue el entrenador y en el minuto 6, el de su dorsal, hubo ovación especial y de nuevo cánticos de “Xavi, Xavi”.
Esa ilusión se tradujo en el regreso de la afición. En el Barça-Alavés, último partido de los azulgrana en casa, sólo había 37.278 espectadores. Anoche fueron el doble, 74418. La segunda mejor entrada del curso, sólo superada por la del día del Clásico y una imagen mucho más acorde a lo que era el Camp Nou antes de la pandemia.
Durante la segunda parte se le vio sufrir, pero no dejó de charlar con sus jugadores y de tratar de corregir constantemente muchas situaciones del juego. Al final respiró tranquilo y celebró el triunfo con sus dos ayudantes. Antes de regresar al vestuario, buscó de nuevo con la mirada a su familia e hizo un gesto para celebrar que su etapa en el banquillo azulgrana había empezado con victoria. El primer objetivo, cumplido ●