Piropos peligrosos

Xavi ha vuelto a casa. Una de las grandes leyendas del barcelonismo vuelve en el momento más bajo de la historia reciente del club culé para sacar al equipo del pozo y salvarle de un desastre seguro. El guion es casi tan hollywoodense como el de ese chico humilde al que el Barça ayuda de pequeño y que acaba convertido en el mejor futbolista de todos los tiempos. La película debería acabar con un beso romántico y el ‘The End’. Pues en el mundo real la cosa no va así. Es innegable que el regreso de Xavi ha devuelto la ilusión. Se vio en su multitudinaria presentación o en los prolegómenos del Derbi con la enérgica hinchada coreando su nombre. El retorno del gran capitán ha permitido recuperar la autoestima y cambiar el rumbo y dinámica de un equipo a la deriva. Y eso no es poco. Tampoco que ya de entrada introduzca matices y sea valiente con decisiones como las de meter a Ilias o Abde. Pero en el descanso del Derbi, tras solo 45 minutos de Xavi como técnico, una podía leer y escuchar afirmaciones de baño táctico y elogios tan estratosféricos que parecían referirse a la ‘Naranja Mecánica’ o la Brasil de Pelé. El Barça es el mismo equipo que perdió en Vallecas, que se dejó empatar frente al Alavés y que tiene un serio problema con las lesiones. Fuere por el efecto Xavi o por la fortuna, hoy RDT no es Tamudo ni Dimata Lo Pelat, pero el Barça sigue sin saber ganar. A veces la euforia y el elogio fácil e infundado son el peor enemigo porque crean peligrosas expectativas sin fundamento. Tiempo, paciencia, menos piropos y más realidad, aunque cueste de tragar. Para hablar del Barça, más Dogma 95 y menos Hollywood ●