La Tiqué de Xavi

Pudo pasar de todo, pero en Villarreal, Xavi siguió abonado a Tiqué, la diosa griega de la fortuna con la que consiguió la primera victoria liguera a domicilio y los primeros dos triunfos consecutivos. También novedad que el ánimo del vestuario no decayera al primer revés y que el latigazo de

Chukwueze no supusiera una bajada de brazos colectiva. Supieron sobreponerse y resistir para llegar a marcar casi los mismos goles fuera de casa que los que llevaban en toda la temporada. Hubo suerte, flor y una decisión arbitral favorable del VAR.

Las titularidades de Ilias,

Demir y Abde en los tres primeros equipos titulares de

Xavi son una clara declaración de intenciones. El de Terrassa está haciendo de la necesidad una virtud que ha permitido cambiar una dinámica pésima que brinda algo de optimismo. Quería extremos y ha encontrado a Abde, que está deslumbrando en sus primeros minutos pegado a la raya. Listo, atrevido, jugador de calle, que tiende a escoger el quiebro difícil. Las diabluras imprevisibles del marroquí marearon a Pedraza .Un prometedor desequilibrio que este Barça, muy aquejado por las lesiones de Ansu y

Dembélé, necesita como agua de mayo. El partido en La Cerámica terminó con bronca en los banquillos. A Emery se le cruzaron los cables y aparecieron los fantasmas del 6-1. Chispas que apaciguaron después en el interior del túnel cuando ambos técnicos quitaron hierro al asunto y limaron asperezas con una encajada de manos con David

Albelda de testigo. Con una semana para trabajar, recuperar, y a la espera del milagro en Champions, Tiqué sigue acompañando a un Xavi que ha sabido ganarse la confianza de sus jugadores y subirles la autoestima en un momento crucial