Mundo Deportivo (At. Madrid)

Ousmane y diez más en Múnich

Generó cuatro ocasiones claras como suplente pero no fue suficiente; ante el Bayern será vital desde el inicio

- Gabriel Sans

➔ El Barça se encoge en las áreas. En la propia, cuando el rival de turno, este vez el Betis, golea con muy poco y en la contraria, quedándose de nuevo sin marcar y van ya 7 partidos de los 20 jugados esta temporada. Algo inaudito al menos en los últimos 15 años. Cuatro en LaLiga (Cádiz, Atlético, Rayo y Betis) y tres en Champions League (Bayern y los dos frente al Benfica). Un desajuste goleador excesivo para aspirar a cimas altas y más aún con una final tras otra a las primeras de cambio. En los cuatro dirigidos por Xavi ya van dos sin dar con la portería (Benfica y Betis) y un único gol en los tres encuentros en el Estadi, al Espanyol y de penalti. La factura por desprender­se de Messi y Griezmann (58 goles entre los dos de 122) está saliendo cara.

El efecto Dembélé en la segunda parte no fue suficiente. Hubo mayor intenciona­lidad con el delantero francés sobre el césped, que se echó el equipo a la espalda, pero sólo fue un estímulo efervescen­te. Con un Memphis descolocad­o, alejado del atrevimien­to que reclama Xavi, y carente del liderazgo de Leo y de cualquier otro referente, Dembélé cogió la brújula para dar con Rui Silva.

Fabricó cuatro oportunida­des, ganando por velocidad a los defensores béticos, por banda y por el interior. Salió al cuarto de hora de la segunda parte, y a las primeras de cambio generó un primer chut desde la izquierda. Un minuto después, sólo uno, probó lo mismo desde la derecha, ambas con etiqueta de gol pero que salieron desviadas. No se limitó a encarar y ser el epicentro ofensivo, sino que también dotó al ataque culé de opciones, con una asistencia en largo a Alba o con un pase profundo a Abde.

Avanzada la segunda mitad, con el estrés por ganar, Dembélé volvió a cargar la pierna, pero de nuevo el balón se alejó del portero portugués. Minutos después, en el 76’, lo intentó de nuevo, con un espléndido regate incluido, pero el disparo hizo un recorrido calcado a los anteriores. Intenciona­do

pero manso. Dembélé ejercía de estímulo, se sentía importante, como si el mundo azulgrana girara a su alrededor, pero su ímpetu acabó siendo insuficien­te. Y cuando se dependía de su mirilla telescópic­a, el Betis se inventó un contragolp­e letal, con Canales como director de orquesta, Tello de apuntador y Juanmi de solista, firmando su quinto gol en los últimos tres partidos. Memphis no daba crédito

Dembélé no se bastó solo en su tercer encuentro seguido entrando de suplente, apenas media hora ante Benfica, Villarreal y Betis. Abde salió en su ayuda y sembró el camino del gol pero sin recolectar nada. Un remate que salió por encima del larguero. Xavi reservó y protegió al francés pero en Múnich nadie duda que debe ser titularísi­mo. No hay otra. Renovado o no. Es lo que hay, con perdón

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FOTO: PEP MORATA Dembélé fue el único faro ofensivo del Barça pero resultó insuficien­te

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