MAX, EN UN LÍO
➔ Verstappen tenía la pole en su mano pero se la entregó a Hamilton chocándose contra el muro ➔ El neerlandés saldrá tercero tras Lewis (1º) y Bottas (2º) para defender su liderato en la general del Mundial
➔ Max Verstappen iba camino de lograr la pole más importante de su vida, la primera posición de salida en el GP de Arabia Saudí de F1, en plena pelea por el título. Era la mejor manera de defender su liderato de 8 puntos en la general del Mundial ante Hamilton en la penúltima cita del año. Iba a por un golpe tremendo que podía ser casi definitivo. Pero pasó de verse cada vez más cerca de su primera corona a meterse en un lío enorme en un instante. El neerlandés terminó ayer entregándole la pole a Hamilton al tocarse contra el muro en los últimos metros de su giro definitivo de clasificación. Le regaló a Lewis una oportunidad de oro de igualarle o superarle hoy en la general antes de la última carrera del curso.
Lewis saldrá primero en jeddah con Bottas, su escudero, en la segunda posición ante un Verstappen (3º) que ayer cometió un error que puede ser crucial. Al británico, si le das la mano, te va a coger siempre el brazo. Irá a por ello hoy. Si Lewis gana y Max es tercero, el actual campeón llegaría a la última carrera como nuevo líder. Para ello necesita que Bottas frene a Max. No es de extrañar que ayer Lewis enjabonara al nórdico. “Es el mejor compañero que ha visto este deporte”, decía, consciente de que Max irá a cuchillo en la primera curva para enmendar su tremendo error.
El golpe del de Red Bull contra el muro puede cambiarlo todo. Demérito del neerlandés y mérito de un enorme Hamilton, que llevó al límite al piloto de 24 años. Max siempre dijo que no le afectaba la presión del inglés y que su menor experiencia no marcaría la diferencia. Pero en este segundo punto pudo no tener razón. Su fallo pudo deberse a sus tremendas ganas de ganar. No supo contener su rabia cuando debía.
Max, siempre comparado con Senna, también recordó ayer al brasileño. En 1988, Ayrton lideraba el GP de Mónaco de forma clara. No necesitaba apretar para ganar, pero siguió acelerando. Y finalmente terminó contra el muro. Perdió aquella carrera por querer aplastar a Prost. Aquel accidente cambió a Senna y le hizo mejor piloto. “Aquello me dio que pensar. Tuve que hacerme muchas preguntas. No fue simplemente un error de pilotaje. El accidente sólo fue una señal de que Dios estaba allí esperándome para darme la mano”, dijo Ayrton, que aquel día se marchó andando a su casa de Mónaco sin pasar por boxes.
Ayer, Max se bajaba de su coche agachando la cabeza, con el casco puesto, posiblemente comprendiendo el trasfondo de aquella frase. Su fallo debe hacerle mejor piloto. En su último intento venía subiéndose por las paredes, totalmente desatado al ver que Lewis le había superado con su último giro de Q3. Verstappen tenía la pole en su mano tras lograr el récord en los dos primeros sectores. Pero estaba jugando con fuego. Había evitado el muro con un contra volante mágico al inicio de su giro, rozando las protecciones por milímetros. Pero hacerlo dos veces ya era demasiado. Tenía 3 décimas de ventaja, suficientes para lograr la pole. Quiso ganar y aplastar y salió perdiendo ●