El monje que sorteaba las puertas
Kazuki Yazawa fue sacerdote budista entre los JJ.OO. Londres 2012 y los de Río de 2016 por una cuestión económica
El deporte de elite conlleva muchos sacrificios, bastantes decepciones y algunos rasguños en el camino hacia la estabilidad emocional y económica. Acostumbrados a los sueldos que cobran algunos deportistas, olvidamos a veces que muchos atletas sufren por mantenerse al más alto nivel, preparándose para unos campeonatos nacionales o internacionales durante meses, y además seguir pagando las facturas.
A Kazuki Yazawa (4/03/1989, Iida, Nagano) le ocurrió algo similar a lo que le puede pasar a cualquier deportista: dedicado casi exclusivamente a su disciplina y concentrado en mejorar sus tiempos sorteando las puertas del circuito de slalom, cuando los focos de los estadios se apagaron, volvió a casa y tuvo que empezar a pensar en ocupar el tiempo con un trabajo que le reportase cierto bienestar económico.
El consejo del maestro
Kazuki siguió el sabio consejo del presidente de la asociación de piragüismo de Nagano, Kenei Koyama, su mentor, que lo llevó al sacerdocio. Koyama también pasó por el templo un tiempo.
No lo hizo sin pensar. Tomar unos votos lleva su tiempo. Rezar y pasar largos ratos sentado en el suelo orando requiere una dedicación a la que no todo el mundo puede acostumbrarse. Aunque solo fuese por un tiempo determinado y para un objetivo concreto. Para Kazuki, fue un paso más en un aprendizaje de la vida que le reportó numerosos beneficios. Decidido, en 2013, entre los JJ.OO. de Londres de 2012 y los de Río de 2016, el atleta tomó sus votos como Kyoei Yazawa y se dedicó a aprender las oraciones y los rituales que se requieren de los sacerdotes en el histórico Templo Zenkoji Daikanjin en Nagano.
Yazawa admite que su decisión de convertirse en sacerdote no fue una decisión puramente espiritual. Después de terminar noveno en el evento de kayak slalom K-1 en los Juegos Olímpicos de 2012 (y establecer un récord japonés), regresó a Japón con algunos preacuerdos de patrocinio y un poco de fama.
Por desgracia, esos tratos nunca se materializaron y Yazawa, con 23 años, se dio cuenta de que necesitaba encontrar un trabajo para mantenerse. Esa fue una gran parte de la razón por la que decidió tomarse un pequeño descanso del entrenamiento en 2013 y concentrarse en su nueva vocación. No fue hasta que ganó el Torneo Nacional Japonés de Canoa Slalom en 2015 que volvió al deporte en serio y comenzó a reanudar seriamente su carrera atlética.
Ora et labora
Como era de esperar, trabajar a tiempo completo como sacerdote no deja mucho tiempo para el entrenamiento de nivel olímpico. Es por eso que Yazawa alteró por completo su agenda en los meses previos a Río. Después de que sus oraciones y otros deberes sacerdotales terminaran a las 3 de la tarde, empezaba su segundo turno, el de un atleta olímpico. Seis días a la semana, Yazawa cambiaba su túnica por ropa deportiva y se dirigía a su lugar de práctica habitual a lo largo del río Saginaw. No estaba aislado ya que mantenía comunicación con el exterior y con sus compañeros atletas que se sorprendían al saber que solo entrenaba alrededor de una hora y media al día antes de ir
Regresó de los Juegos de 2012 con preacuerdos de patrocinio, pero no se materializaron
Ante los JJ.OO. de Río, entrenó por las tardes después de sus obligaciones monacales
al gimnasio o salir a correr. Al atardecer daba por terminada su jornada deportiva y se retiraba al monasterio a descansar para despertarse temprano al día siguiente.
Últimos Juegos
La participación de Yazawa en Río de Janeiro marcó la tercera vez que competía a nivel olímpico. Empezó por primera vez en el slalom de canoa K-1 masculino en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde no logró pasar la ronda clasificatoria. Tuvo una mejor actuación en Londres 2012, donde se clasificó para la ronda final del mismo evento y terminó noveno. En abril de 2016 ganó el torneo de canoa slalom de Japón y el septiembre siguiente se clasificó para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro donde terminó onceavo. Volvió al monasterio donde completó su aprendizaje durante un año más hasta que se despidió. Ante la cita de los JJ.OO. de Tokio de 2020, celebrados en durante el verano de 2021 por culpa de la pandemia global del Covid19, Yazawa tenía intención de participar pero los registros de sus marcas no alcanzaron. Consiguió un trabajo como empleado de la Junta de Educación de la aldea de Nishimeya en la prefectura de Aomori mientras continúa la formación de jóvenes piragüistas donde les instruye en la práctica del kayak y, como buen maestro, en los aprendizajes adquiridos en el monasterio