Un Barça Sub-24
La moda de este verano en el club blaugrana están siendo los fichajes de futbolistas jóvenes. Hasta se ha hecho broma con que la mayoría tiene la misma edad: 22 años. Lo cierto es que la apuesta parece ser la de renovar, poco a poco, una plantilla que empieza a tener más de un treintañero. Los profesionales que han llegado tienen un denominador común: todos la tocan bien. Vienen para reforzar la idea del estilo Barça, el famoso ‘tiki-taka’. Una filosofía de entender este deporte que no ha triunfado mucho esta pasada temporada. En las finales disputadas en la Champions, en la Copa América y en la Eurocopa no hemos disfrutado de un buen espectáculo. Sólo tres goles en 360 minutos, prórrogas incluidas, obra de un defensa como Sergio
Ramos y dos jugadores que salieron del banquillo, Yannick
Carrasco y Éder. Nada más. Muy poco. Estaremos atentos al rendimiento de los que acaban de llegar, aunque lo tendrán muy difícil, porque vienen a sustituir a deportistas que han sido, son y aún serán formidables.
A día de hoy, sin haber incorporado un delantero, los azulgrana pueden formar un once que podríamos denominar Barça Sub-24. Ahí va una posible alineación: Ter Stegen (24), Sergi Roberto (24), el brasileño del filial Marlon Santos (20), Umtiti (22), Digne (23), André Gomes (23), Samper (21), Rafinha (23), Munir (20), Neymar (24) y Denis Suárez (24). Tanta juventud será positiva si se sabe combinar con los grandes cracks, que deben ejercer de maestros para los que acaban de llegar. Nos referimos a profesores como Piqué, Mascherano o Busquets y, muy especialmente, a genios del ‘tiki-taka’ como Iniesta y el número uno, Messi.
Luis Enrique tiene un reto apasionante. Mezclar, para mejorar, un equipo titularísimo que hasta hoy le ha dado títulos y, lo que es más importante, ha sabido defender esa manera de acariciar el balón que tanto gusta en el Camp Nou. Por eso debe cuidarse mejor La Masia. No desviarse ni un milímetro de lo que ha significado en su historia y pensar más en formar jugadores que en estar otra vez en Segunda División. Por ejemplo, el club necesita saber si una promesa como el coreano Lee (18) puede formar parte de ese Barça Sub-24 pronto. Para eso se necesita paciencia, muchos minutos, y no olvidarse de que en las categorías inferiores nunca se debe traicionar el modo de jugar en beneficio del modo de ganar. Ahí está la clave. Sin duda, es mejor subir buenos jugadores al primer equipo que subir al Barça B a Segunda División. Esos deberían ser los principios, las leyes para mantener la conocida excelencia.
Agosto es un mes para soñar y para volver al fútbol. Queremos disfrutar con nuestros entrañables treintañeros y, también, con los jóvenes que pueden formar, ellos solos, un Barça Sub-24 que debería tener un largo recorrido. ¡Vamos a ver!