Un Kodro ‘enemigo’
Kenan, hijo del ex donostiarra Meho y héroe del ascenso de Osasuna, gran amenaza para la Real Sociedad
La Real tendrá un Kodro como enemigo el sábado en Pamplona y tratará de evitar los ‘kodrazos’ que tanto festejaba hace dos décadas. Kenan Kodro, hijo del mítico Meho, apunta a ser la principal amenaza del equipo de Eusebio para el duelo de El Sadar de dentro de dos días, correspondiente a la segunda jornada de Liga.
La Real abrió las puertas al donostiarra de 23 años hace dos veranos y estas dos temporadas como rojillo han hecho madurar y crecer futbolísticamente a Kenan, auténtico héroe del ascenso rojillo de hace dos meses y jugador fetiche de Martín Monreal.
“La Real es mi casa, mi ciudad y mi familia; le debo mucho a este club, pero hay mucho fútbol más allá. La vida no se acaba en la Real”, manifestó Kodro hijo en Mundo Deportivo.
“Me fui con 20 años de la Real. A esa edad pueden ver si tienes mimbres o no, pero era difícil saber si iba a explotar”. Así justifica el delantero rojillo su salida de junio de 2014 de la entidad txuri urdin. “Fue una decisión de club que se respetó”.
Elegir Osasuna como destino se reveló como un “acierto”, como él mismo reconoce. Su crecimiento en El Sadar es una historia de superación y de confianza, con el punto de fortuna que se requiere en ciertas situaciones. En su primera campaña, con Jan Urban, jugó 32 partidos, 1.264 minutos y marcó dos goles. Llegó para el Pro- mesas, pero el límite salarial y de fichas le abrió de par en par las puertas del primer equipo. En enero de 2015, le subieron desde el filial más que nada para que fuera más difícil que Osasuna, ante la imposibilidad de fichar por la sanción de la Liga de Fútbol Profesional, transgrediera la norma de tener siempre un mínimo de siete futbolistas del primer equipo en el campo. Le dieron el dorsal ’9’ en honor a su padre Meho (así lo anunció Osasuna) y a David Merino le otorgaron el ‘8’ de su padre Miguel.
La pasada campaña, Kenan ya la inició como miembro de pleno derecho de la primera plantilla de Osasuna, pero todos esperaban que le dieran de baja en enero porque el club, para fichar a Urko Vera, necesitaba aligerar la plantilla por aquello de respetar el límite salarial. Contra pronóstico, Martín decidió quedárselo y confiar en él.
Kenan llegó fresco al final de Liga. Además, Martín cambió de forma de jugar, apostó por un fútbol más directo que beneficiaba a un jugador de zancada como él. El donostiarra de origen bosnio terminó marcando seis goles, cuatro de ellos en los últimos cinco partidos. Anotó en tres de los cuatro encuentros de un playoff de ascenso perfecto que coronaba el milagro del retorno a Primera.
El sábado tratará de herir con goles a un equipo que lleva en el corazón, como su padre: “El día que me fui dije: ‘algún día volveré a Anoeta. No sé si será con otro club o con la propia Real’. Nunca hay que cerrarle las puertas a la Real”, dice
La confianza tota de Martín en sus cualidades, clave para su notable mejoría