EL BARÇA SE AFERRA A LA LIGA
Los goles de Rafinha y Messi, a cuatro del final, sellan un triunfo vital ante el Atlético que permite mantener el pulso por el título Sin un juego brillante, los de Luis Enrique, que varió el sistema, apelaron al orgullo para seguir presionando al Madrid
El Barça nunca perdió la fe y acabó encontrando en el minuto 86, Messi mediante, el premio de la victoria en una de las salidas más difíciles que le quedaban en la Liga. Aunque sigue segundo, a un punto del Madrid tras la polémica victoria blanca en Vila-real, los azulgrana dieron muestras de querer pelear el Campeonato hasta el final. De hecho, durante cuatro horas, hasta el gol de Morata que certificaba la remontada del Madrid, el Barça fue líder gracias a su triunfo (1-2) en el Calderón.
No fue un partido brillante y el Barça sigue lejos de su mejor versión, aún convaleciente del batacazo en París de hace diez días, pero a falta de fútbol el equipo de Luis Enrique tiró de orgullo y luchó para llevarse el triunfo en el último encuentro de Liga en el Calderón y reengancharse de lleno a la Liga, cuando solo tres semanas atrás ya le daban por muerto. Los goles de Rafinha y Messi, que llegaron tras varios rechaces, fueron el fiel reflejo de un Barça que puso más ganas que fútbol, pero que nunca desistió por competir hasta hacerse con el triunfo.
Tras las señales de alarma en los dos últimos partidos, Luis Enrique revolucionó el once con una defensa de tres (Umtiti, Piqué y Mathieu), sacrificando a
Alba. Además, esta vez no apostó por André Gomes, señalado por la afición en el último duelo en el Camp Nou, sino que colocó a Rafinha, dejando de nuevo a Rakitic como reserva.
Pero ni el cambio al 3-4-3 tuvo un efecto balsámico durante los primeros 45 minutos. El Atlético, sin necesidad de presionar mucho arriba, se hizo con el balón, encerró al rival y provocó en el Barça un sinfín de errores. En la primera mitad, los dos equipos se intercambiaron los papeles: los de Simeone tocaron y los azulgrana tiraron de contragolpe, principalmente con Neymar, el único que salió en velocidad y con desborde. Con muy poco, el Atleti fue capaz de incomodar al Barça al inicio, primero con un remate de Carrasco y luego otro de Godín. La réplica la dio el Barça con una transición rápida que acabó en las botas de Messi, que a punto estuvo de sorprender a Oblak, que regresaba tras su lesión.
A partir de ahí, y durante 15 minutos, el Atleti sometió al Barça y casi no le dejó respirar. Un disparo de Gabi desde la frontal forzó a Ter Stegen a desviar a córner. En la jugada siguiente, Griezmann chutó dentro del área y Umtiti salvó casi sobre la misma línea. Ante tanto acoso afloró el nerviosismo en la zaga culé. Ter Stegen regaló un balón a Koke, que no fue capaz de aprovecharlo y luego otra pérdida, en este caso de Piqué, obligó al meta alemán a lucirse a disparo de Griezmann.
El Barça trató de sacudirse el acoso con una triangulación del tridente, que acabó en gol anulado de Suárez. Fue la primera muestra del Barça de querer meterse en el partido. Después de eso, hubo otro intercambio de golpes con un chut de Gameiro detenido y uno de Suárez fuera. El Barça fue más reconocible al final del primer acto y Oblak sacó una mano milagrosa en una falta de Messi. Al filo del descanso, Piqué, con un remate de cabeza a centro de córner de Neymar, volvió lucir al meta esloveno del Atlético.
Tras la reanudación, variaron algo los papeles. El Barça, sin su mejor juego, no cesó en su empeño de buscar el triunfo. El Atlético, ya más empujado por la grada que por su fútbol, dio dos nuevos sustos merced a Griezmann y Godín. Pero cuando el Calderón veía cerca el gol, el campeón asestó el primer golpe. Rafinha, en una jugada paradigmática del partido, tras varios rechaces en el área, marcó con un remate desde el suelo. Todo el equipo se tiró al césped encima del goleador . Poco le duró la alegría al Barça. A los cinco minutos, un error garrafal de Busquets, con una floritura cerca del área, fue aprovechado por el Atleti para empatar. Koke botó la falta y Godín, tras peinar el balón, batió a Ter Stegen para firmar el 1-1. Sin perder la fe, y sin rendirse, el Barça siguió luchando y a cuatro del final selló la victoria con un gol de Messi, eufórico esta vez, consciente de que la Liga está muy viva para el Barça